La perfección artificial
Futuro de la creación ·
En el conflicto entre guionistas y productores de Hollywood ha surgido el miedo a que las máquinas se conviertan en creadores culturalesSecciones
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Futuro de la creación ·
En el conflicto entre guionistas y productores de Hollywood ha surgido el miedo a que las máquinas se conviertan en creadores culturalesLa Inteligencia Artificial (IA) asusta mucho a los creadores. ¿Serán las máquinas capaces de realizar un arte superior al de la creación humana? ¿Podrán los robots o los algoritmos crear una película sin la intervención de escritores o guionistas? Bueno, la respuesta a todo esto ... también podría plantearse desde la óptica de la ficción cinematográfica, resucitando a Arthur C. Clarke o a Stanley Kubrick y a su computador HAL, ejemplo añejo de una IA que se rebela, que enloquece y que se revuelve contra su creador. Sin embargo, y como de la ficción del cine a la realidad hay un trecho, ahora el riesgo de la IA apela más a la inseguridad económica entre los creadores culturales que al peligroso impacto de una hipotética subordinación humana a máquinas y algoritmos. Es lo que refleja el conflicto entre el sindicato de guionistas de Hollywood y los grandes estudios, en el que además de las reivindicaciones salariales también se intenta limitar, concretar y monetizar lo que es de los hombres y lo que es de las máquinas.
Al respecto, tienen razón los estudios cuando tratan de impedir que se pongan puertas al campo, es decir, que se limite en el negocio el desarrollo de la IA; pero también la tienen los guionistas cuando denuncian que se califique de 'material literario' al producido por la IA, que esta utilice sin pagar derechos los escritos de miles de guionistas o que se amenace con un futuro de guiones 'artificiales' para moderar en el presente las reivindicaciones salariales de escritores y libretistas. Este conflicto se resolverá con un acuerdo salarial, lo mismo que la regulación de la IA se someterá a profusas reuniones en la Casa Blanca, a convenios multilaterales y a una gran cumbre global. Pero, aunque todo quede regulado y arregladito, restará por saber si la IA podría sustituir a la creación humana en el futuro. Yo no lo veo, francamente, porque lo de artificial en la inteligencia suena a perfección, justo lo contario de esa notable imperfección humana, pasional, imprevisible e intuitiva, que es la mejor esencia de cualquier genialidad cultural.
Vandalismo
El vandalismo en los museos sigue campando a sus anchas. Algo habrá que hacer, sí, porque la inutilidad de las condenas buenistas o la imposibilidad de llegar a un riesgo cero siguen alentando los ataques. Hace unos días le tocó a un cuadro en el parisino Palacio de Tokio, atacado por ser considerado pornográfico. El pasado mes de noviembre los responsables de 92 museos emitieron un comunicado en el que rechazaban los ataques, mostrando su preocupación por la generalización de los mismos. Ahora bien, ni este comunicado ni tampoco las condenas globales al vandalismo han frenado esta moda. ¿Qué hacer entonces? Pues, mucho me temo, seguir la pauta de ingleses, italianos y franceses. Los primeros preparan una ley con penas de cárcel, los segundos multas de hasta 60.000 euros y los terceros algo similar, dado que no quieren sorpresas en los Juegos Olímpicos de 2024. Mano dura, ya se ve.
Música
El triunfo global en la industria musical del siglo XXI exige un estilo múltiple y versátil, un dominio plural de las listas de Spotify y una identidad ambiguamente definida y aclamada en las redes sociales. Todo esto explica, seguramente, la exclusividad de ese club de los mil millones de descargas de una canción en Spotify al que pertenece Miley Cyrus, niña prodigio de la Disney Hannah Montana, más tarde animal erótico con aquella bola de demolición en 'Wrecking Ball', después efigie 'queer' o LGTB y ahora, pop-rock, R&B, country disco o hip hop mediante, estrella incuestionable y camaleónica en Billboard, Spotify, MTV, televisión, radio y aplicaciones varias. Con solo 30 años y con su octavo disco de estudio ha llegado a la cumbre, rebasando por segunda vez con su sencillo 'Flowers' la cota de los mil millones de descargas, tras aquel éxito planetario de 'Party in the USA' en 2009. La inteligencia es un grado como el talento una virtud. Cyrus navega con rumbo muy bien estudiado en esta época de tanta fluidez musical como sexual. Y triunfa, naturalmente.
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