Por lo que se ve, el arte de hacer cine se está transformando a manos de la tecnología más en un puro procesamiento aritmético, que en una forma sublime de mezclar el arte con la técnica. En otras palabras, la creación cinematográfica puede acabar siendo no tanto un arte, el llamado séptimo arte, como el producto surgido de un tratamiento adecuado de valores o resultados generados por los algoritmos.

Publicidad

La cosa está clara. Vean que en la creación y en la producción de las películas ya se ha comenzado a utilizar la Inteligencia Artificial (IA) en el análisis de cientos de guiones propuestos, determinando previamente sus posibilidades de éxito o de fracaso, segmentando la respuesta del espectador según edades o según razas y hasta optimizando los giros y los recursos de la trama y de sus diálogos. Además, la IA se está empleando también para discernir en los cástings sobre los actores y actrices que puedan generar mejor respuesta, para decidir la elección de localizaciones que tengan condiciones logísticas y meteorológicas más idóneas o también para generar con muy bajo coste efectos visuales y gráficos.

Para colmo, una vez terminada la producción ya no solamente la Inteligencia Artificial puede calcular la ventana más rentable para su estreno y distribución, sino que además las redes sociales se han convertido en el mejor instrumento para su promoción y comercialización. Es decir, si antes la crítica subjetiva, los festivales y su glamour o los tráilers y los teaser eran el medio más adecuado para estimular a los espectadores potenciales, ahora los estudios empiezan a fiarlo casi todo a la prescripción y la publicidad que hacen los influencers y los tiktokers, sabiamente manejados por aquellos.

Se trata de un auténtico riesgo de jaque para la libre creación humana, en definitiva, porque la capacidad de pensar de manera original se puede sustituir por un proceso aritmético de exactitud predeterminada. Quizás sea así, pero que no desmaye la resiliencia creativa porque al final ni siquiera los ingenios artificiales podrán desembarazarse de los límites humanos de sus propios creadores.

The Cure

Envejecer con elegancia

El rock puede envejecer con elegancia, incluso con las punzadas rítmicas de una melancolía inteligente, afirmando un pasado de ensoñación o también una introspección en el presente sobre un escaso futuro vital. Sí, por supuesto que la música y el estilo en un disco largamente esperado importa, es decir, el inolvidable destello de ese primario post-punk que luego se domicilió entre el pop y rock, casi alumbrando una tendencia gótica sin solución de continuidad. Pero más interesante que todo eso es el apogeo melancólico y conmovedor que destila el grupo The Cure en su nuevo disco, 'Songs of a lost world', su decimocuarto álbum de estudio y el primero desde 2008, cincuenta minutos y ocho temas, con letras de amor, angustia y desolación; inspiración afligida de Robert Smith pasados los 65 años, pura fragilidad y conciencia de mortalidad. Mas no se ve tristeza en los ritmos lentos y secos de la batería, en los bajos implacables o en las guitarras de tonos in crescendo, sino únicamente la melancolía honesta de un rock que envejece bien. Con elegancia, con inteligencia.

Publicidad

Patrimonio artístico

Leyes más lógicas

Las restricciones que protegen el patrimonio artístico español contrastan con las normas de países europeos. Desde hace años una familia pleitea en los tribunales contra la Comunidad de Madrid y el Ministerio de Cultura por declarar inexportable un cuadro dudosamente atribuido a Velázquez. La familia pleitea para vender la obra fuera, ya que aquí su valor es nimio. Curioso contraste con lo acaecido esta semana en Inglaterra: alguien iba a vender en el exterior una 'crucifixión' de Fra Angelico, para lo cual pidió la autorización pertinente. Según la ley inglesa, solo se puede aplazar su autorización unos meses para dar tiempo a que un museo concrete una compra. Al final, el Museo Ashmolean de Oxford ha comprado la obra por 4,4 millones de libras. Mucho mejor este sistema, sí, que una simple prohibición.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Accede todo un mes por solo 0,99€

Publicidad