Guggenheim Urdaibai: ¿Problema de comunicación o falta de liderazgo?

La vicelehendakari primera desea que la sociedad se sienta orgullosa de la cultura creada en Euskadi, como igualmente anhela que el euskera se vincule con emociones positivas. Pues sí, dígase como en la canción de Chabuca Grande, que en su primera comparecencia parlamentaria la titular ... de Cultura derramó lisura -donaire e ingenuidad-, eso sí, - y permítanme otro peruanismo- endulzando el discurso con un poco de huachafería. Pero como lo que no son cuentas son cuentos, habrá que esperar al análisis de su presupuesto para ver si volvemos a estar donde estábamos, es decir, en aquella clásica ecuación ideológica que siempre lo ha fiado casi todo a EiTB y a la política lingüística, dejando las partidas del patrimonio y de la difusión cultural en simples 'marías' de jerarquía menestral. Por supuesto, mucha más miga tuvo que la vicelehendakari primera entonara un 'mea culpa' para aludir al proyecto del Guggenheim en Urdaibai, cuyo problema ahora resulta que no es otro que el de su comunicación. Puede ser, claro, pero si Bildu considera un proyecto de esmerada sensibilidad medioambiental como una macro-imposición que atenta contra la democracia y la sostenibilidad, el PP un agravio con respecto al territorio alavés y Vox una cuestión que debe someterse a un proceso plebiscitario, pues entonces mucho me temo que la falta de comunicación en este tema no es sino una invocación tan vaporosa como fútil, en cuyo trasfondo subsiste la falta de verdadero rigor en su análisis, la carencia de liderazgo político, el temor a perder poder territorial y hasta la falta de respeto a la representatividad democrática de una mayoría ya expresada en las Juntas Generales de Bizkaia.