

Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
Seguramente el cine se alejó del teatro cuando su temprano realismo ganó más tracción social que sus formas competidoras, señalando las limitaciones de su proyección ... tanto en aquellos espacios escénicos como incluso en barracas y atracciones de feria, en salas de variedades y de vodevil, en pequeños espacios y clubes privados o simplemente en las salas musicales. Es posible, por ello, que la imagen cinematográfica y su creciente popularidad demostraran pronto, a comienzos del siglo XX, que su apreciación y negocio exigían un nuevo concepto arquitectónico para su proyección, en el que el escenario, la profundidad y el realismo ya no podían aprovechar completamente la herencia del teatro en vivo.
En el Bilbao de la época la búsqueda estética de la contemporaneidad nos dejó una sublime arquitectura ecléctica, en muchos casos con unas pautas modernistas, también edificios regionalistas -vascos o montañeses- o incluso de influencias foráneas, testimoniando en este último caso el gusto bilbaíno por lo inglés.
Las nuevas arquitecturas del cine, de las salas de proyección, son por igual la prueba a comienzos del siglo XX de esa diversa fertilidad estilística en lo arquitectónico y de aquella adecuación que la nueva demanda por el cine impuso al propósito de los edificios. Por ejemplo, Bastida abrazó el modernismo entre 1905 y 1907 con el Olimpia que fue derribado en 1947 y Camiña hizo lo mismo en 1913 con el Salón Trueba, desaparecido en 1986. De todo ello, de esta historia arquitectónica y cinematográfica, da formidable cuenta la muestra comisariada por García de la Torre, también un documento histórico fundamental para mantener el testimonio del patrimonio arquitectónico desaparecido.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Noticias recomendadas
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.