Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
La cultura de la cancelación también anuncia estos días un nuevo vilipendio moral contra Michael Jackson, incluso a cuenta de un biopic que todavía no se ha comenzado a rodar. Sería, pues, una nueva modalidad de reprobación que también abarca el porvenir simple y hasta ... el compuesto, es decir, la certeza rotunda en relación con una suposición sobre el futuro y hasta el juicio desfavorable sobre una acción venidera que concluirá antes que otra también futura. Me explico. El biopic en torno al cantante desaparecido ya se ha anunciado como una gran producción cinematográfica que abordará todas las facetas de su vida. Pero el problema está en el hecho de que en su financiación también va a intervenir la empresa que detenta el legado patrimonial y los derechos del cantante, con lo cual ya han surgido críticas sobre lo que podría concluir como una glorificación del personaje y un ocultamiento de su condición de abusador de menores. El asunto es complejo, porque ya no solo se trata de esa vieja tensión entre la moral de la obra y la de su creador, sino también la de sacar a pasear la cultura de la cancelación a cuenta de un retrato cinematográfico de futuro, en cuyo resultado no sabemos todavía si prevalecerá una obra musical o el lado más sombrío del retratado. Como encima sigue sin resolverse de forma absoluta ese debate que alude a la posibilidad o a la imposibilidad de ser aséptico y disfrutar de una obra sin que influya el saber que su autor fue una persona despreciable, pues entonces la polémica se convierte en un debate de imposible conclusión. Y mientras tanto, para acabar de enmugrecer todo esto, la cultura de la cancelación también se ha ido tornando en un movimiento censor y puritano, radical de izquierdas o de derechas, da lo mismo, con cuya vigencia convendría acabar por salud mental, no vaya a ser que a partir de ahora sus palmeros acaben prohibiéndonos escuchar la música de Axl Rose porque era agresivo, la de Janis Joplin porque era heroinómana y bisexual o la de cualquier otro creador o músico, sí, con algún grave pecado en su mochila existencial.
Moda
Es atractivo el argumento de la serie que Apple TV está a punto de estrenar, un biopic sobre la rivalidad entre Christian Dior y Coco Chanel en el París de la posguerra. El título lo dice todo: 'El New Look', es decir, la novedosa silueta que Dior lanzó en 1947. Chanel vivía entonces en Suiza, desprestigiada por su relación durante la guerra con el oficial nazi Von Dincklage. El triunfo de aquella colección no solo revolucionó la moda, sino que además sumió a Chanel en un mayor olvido. Afortunadamente para la historia, Chanel volvió a abrir su maison en 1954, lo cual no impidió que mantuviera una fuerte rivalidad con Dior. Pero no fue éste el único que recibió los dicterios de 'Madame'. En los años 30, Chanel también llamaba con desprecio a Schiapparelli «esa artista italiana que hace ropa». Incluso su amistad con Balenciaga, doce años más joven que ella, llegó abruptamente a su final cuando Chanel le dijo a una reportera que el modisto estaba ya muy viejo y debía retirarse. Nada que impidiera al maestro de Getaria, por cierto, asistir caballerosamente en 1971 al funeral de Coco en la Madeleine.
Patrocinios
Decididamente lo del patrocinio privado de la cultura se está convirtiendo en un paseo por un campo de minas. Véase lo sucedido con el patrocinio de Quirón Salud en la gala de los Goya, al criticarse que ello coincidiera con los reclamos de varios participantes en favor de la sanidad pública. Sorprendente paradoja, como la protagonizada por la actriz Jane Fonda en la Ópera de Viena, donde había sido invitada al baile anual y donde no tuvo mejor idea que pedir a sus responsables la ruptura del patrocinio de la compañía petrolífera OMV, un esponsor histórico de la institución austriaca. De seguir en curso esta campaña 'antipatrocinios', que va extendiéndose desde las petroleras hasta las químicas o desde el sector financiero al de los alimentos de origen animal, no van a quedar nada más que los presupuestos públicos y Rita la Pollera para financiar la cultura.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Noticias recomendadas
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.