La empresa Ondarreta recibe el Nacional de Diseño por «la excelencia» de sus creaciones

«Estamos felices porque es un reconocimiento a un trabajo de años gestionado ahora por nuestras hijas», explica Juanjo Arratibel, fundador y principal accionista de la empresa junto a su esposa, Marilis Galardi. Hoy son sus hijas Nora en la gestión, Nadia en el diseño y Oihana Arratibel al frente de 'Valentina', la tienda en el centro de San Sebastián, quienes encabezan un proyecto con 50 trabajadores directos en la planta de Oiartzun y proveedores en Azpeitia, Hernani o Irun. Mesas, sillas y distintas colecciones de mobiliario forman el catálogo de Ondarreta, sello acostumbrado a trabajar con grandes nombres como Rafael Moneo, con quien hicieron la silla Iesu. «Me dijo Rafael que es más complicado hacer una silla que un rascacielos», rememora Juanjo Arratibel con humor.

El padre de Juanjo estuvo en el inicio: montó un taller de ebanistería en las viejas casas de Eceiza en Ondarreta hace medio siglo. «Yo trabajaba de comercial en Xey pero lo dejé, logramos una representación de sillas de paja de Navarra que fue el principio de todo y así creció Ondarreta hasta hoy», dice Juanjo Arratibel, conocido en sus años juveniles como director ciclista y hoy «en segunda fila, como 'chico de los recados', porque nuestras hijas llevan bien la casa, como muestra este premio», remata.

El emblema de la silla Bob

Porque Ondarreta es un buen ejemplo de relevo generacional. Nora Arratibel explica que fue la silla Bob, diseñada por Nadia, su hermana arquitecta, «el símbolo de la renovación de la empresa, y el producto que nos hizo más conocidos en el exterior». Hoy en día hay otra familia de mobiliario, denominada Hari y creada por los valencianos Studi Hac, «el producto que más nos identifica».

«Hacemos mobiliario para acercar a las personas, crear vínculos y fortalecer relaciones», dice el 'manifiesto' de Ondarreta en su página web. «Queremos ser ayuda para quienes escriben poemas, diseñan pósters, envían emails, disfrutan de una cena, contemplan arLte o tocan un instrumento», añaden. «Somos hijas y nietas de ebanistas. Hacemos muebles en el mundo contemporáneo, lo que nos obliga a hacer una relectura en clave de tradición e innovación. Cada colección que hacemos es una expresión de nuestro profundo respeto por lo que más nos importa: una herencia artesana de más de cuarenta años y el deseo de evolucionar para mantener un estilo vibrante y un equilibrio entre lo funcional y lo bello, entre lo hecho a mano y lo hecho con tecnología», añaden en su declaración de intenciones ahora reconocida por el Nacional.

Álvaro Catalán de Ocón (Madrid, 1975) ha ganado el premio en la categoría de diseñadores y, en jóvenes, el galardón recayó en Jordi Iranzo.