«Está muy bien que el teatro le dé una bofetada al público y sea incómodo»

La obra, que se estrenó en abril del año pasado, recala este sábado y domingo en el Principal (19.30. 18-9 euros) como 'espectáculo inaugural' del Festival Internacional de Teatro de Vitoria. Una producción del Centro Dramático Nacional (CDN) acerca de la sexualidad de las personas con diversidad funcional. El humor negro, la ironía y una fuerte carga crítica sostienen el texto de Esther F. Carrodeguas y con el que su director, el vitoriano Iñaki Rikarte, se llevó el premio Max a Mejor dirección de escena. «Le dio la velocidad justa y la verdad es que quedó una obra con mucho ritmo, con mucha gracia y muchos momentos muy dramáticos».

– En escena da vida a varios personajes. Un panadero, un policía antidisturbios… ¿qué más?

– También hago de cura, de 'coleguite moderne', hago de boy de discoteca... unos cuantos. Todos hacemos más de un personaje. Natalia Huarte también, que podría decirse que es la protagonista junto con Elvira (Cuadrupani). Es una locura.

– ¿Cuál es el tema principal de 'Supernormales'?

– El tema principal es en síntesis el sexo dentro de la discapacidad. La dificultad que tiene la gente con discapacidad de practicarlo y de simplemente tener una relación sexual sana y gratificante. Al final, realmente, el resumen de esto es una visión muy particular mía viendo la obra entera. Y es la dificultad que tienes para tener una relación sexual sana y normal cuando tienes una discapacidad. Esto se ve desde diferentes puntos, desde situaciones muy terribles y tremendas. Mucha gente, la inmensa mayoría de la sociedad ni se lo plantea. ¿Qué pasa con el sexo con un señor que está en una silla de ruedas? ¿Y alguien que está tumbado en una cama pero tiene sus impulsos sexuales latentes y vivos? ¿Y qué pasa…? Realmente la obra va de eso.

– Rikarte comentaba en este periódico que la obra es vibrante y hace reír, pero que también incomoda. ¿Es así?

– Sí, sí. Yo he visto a gente salir llorando y he visto a gente enfrentarse con un actor porque representa algo que a él no le gusta. He visto a gente salirse de la obra o vernos con una cara de póker. Muchas veces incomoda. Está bien que el teatro sea una cosa a que la gente va, aplaude y se va a su casa. Pero también que a la gente se le dé una bofetada, metafóricamente por supuesto, para decirles 'mira, eso está en la sociedad y si lo pones de frente no tiene más remedio que verlo'.

– No conocemos muchas obras de teatro ni novelas sobre el tema. ¿Ha sido un tabú?

- Sí, es que no se trata, no se habla de esto. Tú ves a alguien con una discapacidad física o psíquica y no te planteas. Es igual que uno no se plantea pensar ni se imagina a sus padres teniendo sexo. Fíjate, estoy haciendo otra obra de teatro en la que coincido con gente que también tiene discapacidad real. Y algunos de los padres vinieron a ver esta obra. 'Supernormales', y salieron emocionados. Han dicho que esta es la asignatura pendiente con nuestro hijo. Y claro, es que es muy complicado. La obra tiene gran mérito porque Esther Carrodeguas ha sacado a la palestra algo importante.

– Cuando Telmo Irureta ganó el Goya habló del tema y hubo muchos comentarios en redes que le insultaban a la vez que se abría un debate sobre el 'derecho a la sexualidad'.

– Bueno, el derecho al sexo realmente no existe. Es un tema complejo. Es que derecho a la sexualidad, al amor, a tener sexo con alguien, no tenemos. Realmente eso no es un derecho. No es un derecho porque es algo entre dos. Pero bueno, hay otras formas y de eso se habla en la obra.

– Entre las películas más conocidas en las que ha participado se encuentra 'El Milagro de P. Tinto'. ¿Fue la primera vez que le reconocían por la calle por un papel?

– Que me reconociera la gente, sí. Que me mirara la gente por la calle, no. Porque a mí, como yo soy enano, la gente siempre, siempre me mira. Lo que pasa es que ahora está esa mirada de reconocimiento y antes era simplemente de curiosidad.

– Se le conoce como actor, pero llega a la interpretación a partir de la música.

– El primer contrato profesional que yo firmé cuando me vine a Madrid a estudiar fue en el Auditorio Nacional para cantar en el coro 'El Holandés Errante'. Era el año noventa, estudié en la Escuela Superior de Canto y la vida me fue llevando a ser actor.

– Compagina esta gira con otra, 'Campeones de la comedia'. No se aburre.

– No da tiempo. Hay muchas cosas que hacer en esta vida. Muchos libros que leer, mucha música que oír, muchas ciudades que visitar. En Vitoria cinco veces, pero no he ido a ver la catedral porque normalmente hemos ido un día, para una función y vuelta. Esta vez vamos dos días y me hace mucha ilusión porque quiero ir a ver la parte antigua.