Es evidente que Lorena López de Lacalle tiene ganas de hablar sobre el 'caso Iruña Veleia'. Hace once años que, como diputada de Cultura por EA, fue la encargada de trasladar a la Justicia las dudas que existían sobre los sorprendentes descubrimientos de Eliseo Gil, ... ahora condenado por estafa. Desde entonces guarda silencio. Ahora, con la sentencia en la mano, lo rompe en esta entrevista.
- ¿Qué sintió al conocer el fallo, que condena al exresponsable del yacimiento a dos años y tres meses de prisión por un delito continuado de estafa y de falsedad?
- Satisfacción tras tantos años que han servido para demostrar que hubo estafa y falsificación documental. Por mi parte siempre existió un ánimo de defender un yacimiento de gran potencial y no dañar la imagen de nadie, por lo que me alegra también que no haya penas de cumplimiento de cárcel.
- ¿Cuándo sospechó por primera vez del trabajo de Eliseo Gil?
- Tiramos de un hilito que descubrió incongruencias y que destapó lo que había. Yo llego al Gobierno foral en 2007, cuando ya habían surgido las primeras dudas sobre un material que se presentó un año después de haberse descubierto. En la primera semana me reúno con Eliseo Gil y Joaquín Gorrochategui (lingüista, que receló desde el principio), y se decide que se haga un estudio multidisciplinar independiente y excavaciones de contraste. A mediados de septiembre hago una visita al yacimiento y yo, que había estado allí previamente, vi cosas muy raras. Pasamos junto a un mosaico y comenté que no lo había visto en mis visitas anteriores pese a que en la placa se datase su origen en el siglo III. Entonces Gil me responde que se había rehecho con teselas, ya que las originales se habían robado. Le sugerí que se explicase que era una recreación. «Si no te interesa, pues nos vamos», me soltó. De ahí, nos planteamos ir al fondo de la cuestión.
«El primer estudio era falso y el segundo lo copiaron de un prospecto de una empresa alemana»
- ¿Y cuándo pasan de las sospechas a la certeza?
- Lurmen (la empresa de Gil, encargada de la excavación) presentó los grafitos en 2006 y como prueba había mostrado un informe del CNRS (el centro nacional para la investigación científica de Francia), por lo que llamé a su director. Nos certificó que nadie de Iruña Veleia se había puesto en contacto con ellos. Visto que el primero era falso, indagamos sobre el segundo estudio y era la copia de un prospecto de una empresa alemana. Por ambos documentos, la Diputación le había pagado de buena fe a Lurmen. Lo tremendo es que Eliseo sigue pidiendo más y más analíticas del mundo entero, y las personas que le han apoyado no sabían que esos primeros informes eran inventados.
- ¿Le pararon los pies a Gil?
- Los resultados deberían haber sido objeto de un contraste científico. La publicación en una revista internacional, por ejemplo, da fe de la valía de cualquier descubrimiento y te mide con tus pares. Aquí no se hizo. Pero en la dichosa visita de septiembre de 2007 tuvimos que frenar que 'National Geographic' publicase 70 páginas de divulgación para que Álava no hiciese el ridículo a nivel mundial si luego se comprobaba que no eran reales.
- ¿Nunca trató de justificarse?
- Por honestidad intelectual, la víspera de dar a conocer el contraste de estudios de expertos le dimos la oportunidad a Gil de retractarse antes de publicar las conclusiones. Tal vez nunca pensó que se fuese investigar tanto este asunto. Por encima de todo está el rigor científico y luego la nostalgia de cada uno por un relato histórico que aún está por descubrir.
«Este no es un tema de taberna, aunque sirva de argumento para una serie de Netflix»
Parque Disney
- ¿Qué pudo pasar por su cabeza para incurrir en esos delitos?
- Se autoengañó pensando que iba a vivir bien de la gloria sabiendo que era falso. Después descubrimos que en 2006 especialistas en epigrafía de Madrid y Barcelona avisaron a Gil que aquello era falso, pero era un proyecto muy bonito en una época de bienestar económico y se lo 'vendieron' a Euskotren, que dedicó 3,5 millones, casi el doble del presupuesto de otros yacimientos como Ampurias, y llamaron a muchas puertas. Pero no salían resultados porque había más búsquedas de fondos y difusión de un relato que movimiento de tierras. Había dinero y ganas de explotar el yacimiento comercialmente porque, como alguno me dijo, «cuatro piedras mal puestas no interesan a nadie, pero un parque de Disney, sí». Por lo que Lurmen incluso preparó un recrecimiento de las murallas que va en contra de la praxis de puesta en valor científica.
- El entorno de Gil sigue hablando de un contubernio en el que incluso implican al Vaticano.
- Si no dispones de los elementos de juicio necesarios no puedes formar una opinión completa. Yo no hablo de opiniones, son hechos probados. A mí también me dijeron que habían enviado los informes sobre cruces a la Santa Sede y resultó ser incierto. Daban un poquito a quienes le podían entregar dinero para tenerlos contentos: cruces para la Iglesia, euskera para los abertzales, epigrafía por ser un yacimiento romano y todo mezclado en una misma área. Lo curioso es que Gil defendió que las dataciones eran del siglo III hasta que hubo que fijar las conclusiones de la comisión de investigación, entonces aceptó que podían ser del VI. Por Dios, eso es como comparar la actualidad con 1720.
- Gil ha recibido apoyo desde Bildu, del que usted forma parte.
- Es cierto que hay personas, no entidades políticas, que no disponían o no han querido disponer de datos sobre el tema.
- Ha permanecido once años sin hablar en público del tema.
- Ha sido complicado. He oído montones de falsedades y he permanecido en silencio por respeto a las instancias judiciales. La otra parte no. Esto no es un tema de taberna, aunque sirva como argumento para una serie de Netflix.
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