Fútbol y danza unidos. Con naturalidad. Dos nombres propios de eco planetario a favor de una causa tan noble como la cultura y la divulgación de sus valores en tiempos en los que la sociedad se retrae a la hora de recuperar la mayor normalidad ... posible en su coexistencia con la Covid-19. Edison Cavani, sinónimo uruguayo de gol, e Igor Yebra, nuestro vizcaíno más universal en la cultura actual. Un nexo que adquiere pleno significado en un sport de un minuto en el que el futbolista acepta la invitación del Ballet Nacional Sodre que dirige el coreógrafo bilbaíno para cambiar el césped por las tablas, participar en un ensayo con los bailarines de la compañía y animar al segmento más joven de la población a que asuma el reto de «aprender, progresar y madurar» en una disciplina tan exigente y a la vez apasionante como la danza.
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«El fútbol y la danza se parecen mucho más de lo que se imagina», explica Cavani narrando una idea que nace como un juego y entretenimiento y «a la larga se puede convertir en un trabajo o carrera que se puede prolongar de muchas maneras». El hilo conductor de su mensaje para captar el interés de posibles alumnos para las escuelas Sodre incluye la necesidad de «entrenar, comer bien, descansar y escuchar a los que tienen más experiencia».
Así, cuando empieza la función o el partido «la exigencia de concentración es máxima y al final siempre deciden los detalles», recordando que en ambas materias «se pueden alcanzar los sueños». Él y Yebra son dos ejemplos incontestables. «Lo más lindo que puede tener un niño o una niña es un sueño que alcanzar y nosotros como adultos tenemos que apoyarlos». Durante la sesión de trabajo con los bailarines, el futbolista hizo gala de de una gran elasticidad y aceptó el reto de emular varios pasos y secuencias al tiempo que animó a sus improvisados compañeros a que probaran las coreografías que incluyen remates de cabeza. Sin duda fue una experiencia enriquecedora y divertida.
Supuso, además, un paréntesis en el trabajo que el Ballet Nacional Sodre ultima para su reencuentro físico con el público. Será entre el 19 de septiembre y 4 de octubre en el auditorio Adela Reta con una Gala histórica por lo que supone de regreso al trabajo con espectadores en las platea y palcos. Para ello, Igor Yebra ha preparado un programa que incluye tres estrenos: 'Intake', de Franceso Ventriglia, adjunto a la dirección de la compañía, marinado con el Concerto N.2 de Bach; 'Chopin N1 Dúo', con coreografía firmada por Mauricio Wainrot y partitura del Segundo Movimiento del Piano Concerto N1 del virtuoso pianista-compositor polaco; y 'El Cisne', danza desarrollada por el propio Igor Yebra con música de Camille Saint-Saëns.
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