Un documental visibiliza en el Zinemaldia la labor pionera de las directoras vascas

La escena se recoge en 'Arnasa betean. A pulmón', un documental que recopila testimonios de cineastas vascas y que se estrenará el 26 de septiembre en el Festival de San Sebastián durante la Gala del Cine Vasco.Bertha Gaztelumendi y Rosa Zufía repasan la crónica de un conjunto de francotiradoras que se empeñaron en rodar películas contra los vientos de la precariedad y las mareas del machismo. La mayoría de las veces haciendo de la necesidad virtud. Como Arantxa Echevarría, ganadora del Goya a la dirección novel con 51 años, que en 'Carmen y Lola' no podía rodar una escena de sexo entre dos chicas gitanas «porque hubiera arruinado la vida de las actrices». Así que muestra cómo una viste a la otra en una secuencia infinitamente más sensual y sugerente.

«Las mujeres son la mitad de la humanidad y faltaba el relato de medio mundo para reflejar sus inquietudes, sus reflexiones y deseos. He echado de menos en la pantalla representaciones más completas y profundas de mujeres», expresa en el filme Estibaliz Urresola, que triunfó en la Berlinale y ha llevado al cine a más de 150.000 espectadores con '20.000 especies de abejas', la crónica de una familia sacudida por una niña trans. Alauda Ruiz de Azúa consiguió con 'Cinco lobitos' tres Goyas, entre ellos el de directora novel, metiéndonos en la piel de una madre primeriza que, por si no tuviera poco con su bebé, también tiene que cuidar de sus padres. «El cambio de punto de vista trae consigo un cambio de las imágenes que estábamos acostumbrados a ver», certifica la cineasta baracaldesa. Como se felicita Arantxa Echevarría: «Toda la información que he recibido a lo largo de mi vida la contaba un hombre. Por fin, ahora nosotras podemos contar cosas».

Con una dilatada carrera en el ámbito de la comunicación y la cultura, Roza Zufía y Bertha Gaztelumendi habían entrevistado a un sinfín de actrices vascas, pero en muy raras ocasiones a directoras. Así surgió el proyecto de 'Arnasa betean. A pulmón', que enlaza los testimonios y fragmentos de casi medio centenar de películas con las imágenes de unas buceadoras evolucionando en las profundidades. Aparecen las últimas triunfadoras de un cine vasco abierto al mundo, pero también pioneras como Mirentxu Loyarte, que a finales de los 70 rodó dos cortos en euskera –idioma que ella no hablaba– de clara significación política: 'Irrintzi' y 'Euskal emakumeak'. O Ana Díez, la autora de 'Ander eta Yul' (1988), que todavía sigue en activo.«Nacer en Pamplona y tener 20 años cuando muere Franco me han marcado para siempre», afirma.

«Ir hacia atrás y hacia adelante quiere hacer justicia, porque se ha visibilizado poco el cine de las mujeres en el pasado y son referentes para mujeres y hombres que hoy en día hacen películas», justifican las directoras de 'Arnasa betean'. «Nuestro objetivo era aglutinar en una película esa lección de cine que falta en las escuelas. Transmitir las ideas de nuestras cineastas, pero también llegar a la gente, emocionar. Creemos que lo hemos conseguido».

Como se pregunta Iratxe Fresneda, la autora de 'Tetúan', ¿qué hubiera pasado si mujeres como Arantxa Lazkano, que solo dirigió una película, 'Los años oscuros' (1992), compartieran su sabiduría con nosotros? Ahí está Maite Ruiz de Austri, ganadora de dos Goyas y durante décadas la única directora de largometrajes de dibujos animados del cine español. O Isabel Herguera, que tras diez años de trabajo compite en San Sebastián con el primer largo animado europeo que aspira a la Concha de Oro, 'El sueño de la sultana'. «¿Lo nuestro qué es? Es cine, pero también es arte», reflexiona junto a Bego Vicario e Izibene Oñederra, que indagan en las posibilidades de la animación experimental y forman a los cineastas del futuro en la Facultad de Bellas Artes de la UPV.

Como apunta Maider Oleaga, autora de un western alavés, 'Kuartk Valley', «algo muy bueno del feminismo, pero también duro y difícil, es que lo cuestiona todo». Las preguntas que se escucharon en el juicio de Nagore Laffage, que Helena Taberna convirtió en película, serían inimaginables en el juicio de La Manada. Mucho ha llovido desde que Musidora (la actriz francesa JeanneRoques) dirigió en 1921 'La capitana Alegría', el primer largo de ficción rodado en el País Vasco. Pero ellas lo siguen teniendo más difícil, por eso Lara Izagirre produce a otras mujeres, porque si no, a lo mejor nadie lo haría: «No es que estemos de moda, es que por fin hablamos y se nos escucha».