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La ampliación del Guggenheim en la reserva natural de Urdaibai se encuentra paralizada porque «una de las tres partes del Patronato aún no ha aprobado» el proyecto, que precisa además de una «estructura de financiación» todavía por definir. Así se refirió ayer Juan Ignacio Vidarte, ... director del museo bilbaíno, a la controvertida expansión de la pinacoteca en Gernika y Murueta en el acto de presentación de la nueva directora y consejera delegada de la Fundación Guggenheim, la holandesa Mariët Westermann, en un acto celebrado en la sede de la colección Peggy Guggenheim de Venecia. Ante la nueva responsable, que tomará posesión de su cargo el 1 de junio, Vidarte aseguró que «no hay grandes noticias» después de que, el pasado diciembre, las instituciones vascas se dieran un plazo de dos años para decidir si resulta «viable» la ampliación apelando, precisamente, a los cambios en el staff de la central neoyorquina. Vidarte defendió el «potencial» de llevar el museo a Urdaibai, aunque advirtiendo de que se trata de un proyecto «complejo» que implica a todos los niveles de las administraciones públicas. «Afecta a dos municipios y al gobierno provincial, regional y central», remarcó.
Pese a estas dificultades burocráticas, el director del Guggenheim de Bilbao se mostró confiado en poder sacar adelante la ampliación «en tiempos razonables», una vez que den 'luz verde' todas las partes que componen el Patronato, formado por el Gobierno vasco, la Diputación foral de Bizkaia y la Fundación Guggenheim. Aunque no entró en detalles, Vidarte mostró de manera implícita que por parte de la pinacoteca no hay impedimento en la iniciativa, que se habría visto frenada por las autoridades políticas vascas. En una comparecencia conjunta en diciembre, el lehendakari Íñigo Urkullu y Elixabete Etxanobe, diputada general de Bizkaia, señalaron en cambio que una de las razones para justificar el parón era el cambio en la dirección de la Fundación Guggenheim, pues no será hasta junio cuando Westermann suceda al máximo responsable saliente, Richard Armstrong.
La nueva gestora, que visitó Bilbao el pasado febrero, cuando pasó «cuatro días extraordinarios» en los que experimentó «la continua evolución de la ciudad y del museo», no quiso afrontar la cuestión de Urdaibai y cedió la palabra a Vidarte para que respondiera a las preguntas de EL CORREO sobre este tema. Llamó la atención que ni Westermann ni Vidarte hicieran referencia alguna en sus intervenciones iniciales a la ampliación, cuyo coste estimado es de 127 millones de euros, y sólo saliera a colación en el turno de preguntas. Sí que dedicaron un amplio espacio para hablar sobre el futuro Guggenheim de Abu Dabi.
El director de la pinacoteca de Abandoibarra señaló en su comparecencia que la próxima apertura en la capital de Emiratos Árabes Unidos hará que el museo vizcaíno deje de ser «el hijo más joven de la familia». Está, en cualquier caso, en plena forma, ya que el año pasado recibió 1,3 millones de visitantes, un récord absoluto en sus 27 años de historia. Generó, además, un impacto económico de 700 millones de euros durante 2023, según las cifras reveladas por Vidarte. El Guggenheim de Nueva York cerró el pasado ejercicio con un número de visitantes menor que el de Bilbao: 861.000. Naomi Beckwith, comisaria jefa de la pinacoteca neoyorquina, celebró que el dato hubiera crecido un 24% respecto a 2022, aunque no mencionó que la cifra es todavía un 33% inferior a la de 2019, antes del impacto de la pandemia. La colección Peggy Guggenheim de Venecia, significativamente más pequeña, recibió por su parte 379.000 visitantes en 2023.
Pese al continuo crecimiento, Vidarte no ve peligro de que el museo de Bilbao pueda 'morir de éxito' debido a posibles masificaciones. «Estamos en un nivel alto, pero la cifra aún puede aumentar un poco más gracias a que los picos de temporalidad han ido disminuyendo. Hace 20 años en julio y agosto recibíamos al 60-70% de visitantes, pero ahora aunque el verano sigue siendo fuerte, las llegadas se han repartido durante todo el año. La gente viaja más a menudo aunque durante menos días -señaló-. El año pasado hubo algunos momentos durante determinados días en los que hubo que poner restricciones numéricas, de manera que todos los visitantes pudieran tener una buena experiencia. Pero se trata de restricciones puntuales en algunas horas, no de fijar un número máximo de visitantes que puedan venir durante todo el año».
El director del Guggenheim de Bilbao planteó la necesidad de mantener «fresca la atracción original» generada por el museo en su actual período de «madurez». Ese objetivo se alcanza tanto «construyendo nuestra propia colección de manera gradual y orgánica», como lanzando iniciativas «ambiciosas» que generen «grandes expectativas» entre el público.
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