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Las ampliaciones del Guggenheim y del Bellas Artes están en el horizonte de las instituciones, pero no de este año ni del próximo, cuando acaba la legislatura del actual equipo de gobierno de la Diputación de Bizkaia (PNV-PSE). Esta fue la respuesta que ofreció este lunes la diputada de Cultura, Lorea Bilbao, en la comisión foral celebrada sobre el futuro de los dos grandes museos vascos, que en 2017 lograron sus récords históricos de visitantes –1,3 millones el Guggenheim y 315.000 el Bellas Artes–. Un argumento de peso para que desde las filas de la oposición se reclamase un mayor espacio de exposiciones en ambas pinacotecas.
En los dos casos, la Administración se escuda en la falta de dinero público para aparcar los proyectos de ampliación, al menos, hasta que se den mejores tiempos presupuestarios. Quizá, tras las próximas elecciones municipales y forales de mayo de 2019, como dejó entrever Bilbao.
El Guggenheim no se ha tocado desde su inauguración hace ya más de 20 años y el Bellas Artes sigue igual desde su última remodelación en 2001. La presión para disponer de más metros cuadrados crece, pero la diputada quiso ayer poner freno a las expectativas y reclamó tiempo «para llevar a cabo una reflexión profunda y necesaria», que además tiene que ir enmarcada dentro de los equipamientos culturales en todo el territorio vizcaíno.
Reveló que ya se está hablando con «agentes» para recabar su opinión, pero «con mucha discreción y sin prisas». «Las ampliaciones se hacen cuando el nivel de consenso es altísimo», insistió Lorea Bilbao, quizá en recuerdo de la guerra política que se desató entre nacionalistas y socialistas –hoy socios en el Gobierno foral– a raíz del proyecto de una extensión del Guggenheim en Urdaibai. Para esta legislatura, subrayó la diputada, sólo hay dinero en el capítulo museístico para cubrir el claustro del Museo Vasco, situado en el Casco Viejo bilbaíno, y para redactar su plan museológico.
La posición de Bilbao coincide con la expresada el día anterior por el consejero de Cultura del Gobierno vasco y compañero de partido, Bingen Zupiria, que aboga por esperar a que un mayor «asentamiento» de la economía conlleve menores gastos sociales y libere recursos públicos para la cultura. Ambos políticos jeltzales enfrían así la posibilidad de una ampliación del Guggenheim y del Bellas Artes a corto plazo.
El Gobierno vasco y la Diputación de Bizkaia son socios al 50% del Guggenheim y, junto con el Ayuntamiento de Bilbao, comparten la propiedad del Bellas Artes. En el plan estratégico del museo de Abandoibarra hasta 2020 se recoge el concepto de «ampliación discontiua» que orientaba el proyecto de Urdaibai. No obstante, su director general, Juan Ignacio Vidarte, ya ha explicado a este periódico con motivo del veinte aniversario de la pinacoteca que, de llevarse a cabo, podía ser en este o en otro sitio. A su juicio, lo urgente era conseguir más espacio para evitar situaciones de auténtica congestión en las salas.
Por otro lado, la llegada de Miguel Zugaza a la dirección del Bellas Artes en marzo del año pasado, procedente del Prado, ha estado marcada por la necesidad de darle un nuevo impulso al museo. Fue el alcalde de Bilbao, Juan Mari Aburto, quien le llamó para preguntarle si estaría dispuesto a aceptar el puesto, mientras que el diputado general, Unai Rementeria, ha actuado como uno de sus máximos valedores. Cuando Bingen Zupiria presidió el patronato el año pasado –hoy lo hace Aburto–, la sintonía con el nuevo director destacó por su buena afinación.
Aunque en ningún caso se pueda hablar de ampliación, Zugaza sí ha empezado un proceso de remodelación interior. La reforma se lleva a cabo tanto en los edificios antiguos del Bellas Artes, que datan de principios de los años cuarenta, como del moderno, inaugurado en 1970.
Los dos niveles de gobierno en ambos museos están de acuerdo en que las ampliaciones son deseables y necesarias, pero no concretan aspectos capitales sobre el cómo, el cuándo y el dónde. Los partidos con representación en las Juntas Generales de Bizkaia exigieron ayer más información y estudios técnicos para dar pasos seguros, teniendo en cuenta que en los próximos meses se deberían encargar los informes para explorar posibilidades y cuantificar el gasto y los beneficios. Un paso clave que todavía no está dado.
El juntero Arturo Aldecoa, del Grupo Mixto, propuso una ampliación conjunta, «aunque cada museo mantenga su autonomía legal». Aldecoa sugirió la posibilidad de explorar una entrada subterránea como la del Louvre parisino.
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