De despacho de patatas a galería y editorial artística

La lógica de lo pequeño y una estética abierta que, incluso, supera el ámbito del arte contemporáneo son algunas de sus señas de identidad. Los proyectos se realizan in situ o surgirán de la revisión de la obra de los autores implicados. El programa se inicia en julio con una muestra de Xavi Rodríguez Martin, y posteriormente, intervendrán Angela Cuadra, Joey Ordoñez, Gaspar Avilés y Jon Amorrortu, entre otros. «También queremos promover una convocatoria abierta en colaboración con la Facultad de Bellas Artes», anuncian.

Cada participante va a ser invitado a dejar un registro en forma de edición. «Queremos ediciones que sean un repositorio de lo que ha pasado aquí», indica Hurtado. «Aspiramos a construir coleccionismo y creemos en los pequeños aficionados que busquen una obra bien hecha y construida». Su pretensión es buscar 30 personas que deseen recibir estas obras y, así, mediante fondos regulares, sostener el proyecto.

La comunicación, como la edición, también tendrá cierta naturaleza artesanal, ya que recurrirá al boca a boca y, asimismo, a los medios digitales. Además de las iniciativas propias, los promotores manifiestan su intención de participar en encuentros y ferias.

La intimidad y privacidad caracterizan esta mezcla entre antigua patatería, agencia de recursos, espacio de pensamiento y galería de arte contemporáneo. «Será algo fácil de gestionar, sin exigencias de planes de negocios y en el que se disfrute del intercambio de experiencias», indica Cubería. «Nos ha movido salir de la rutina de trabajo y la intención de ampliar la experiencia de lo que hacemos. Nuestra intención es construir algo desde la generosida.