Desobediente

Decía Caballero Bonald que la gran literatura la han hecho siempre los desobedientes, una virtud bien visible en la obra de un autor más rebelde y disidente que subversivo o más comprometido con la memoria crítica de su experiencia personal que con una poesía social ... de tintes panfletarios. Sinceridad y actitud en Caballero Bonald desde la visión individual, pues, convertida en escritura memorialista como proceso para la ficción. Ciertamente su sustrato experiencial fue el de su tiempo y el de su generación, vinculado a la realidad de un España en guerra y posguerra, donde se supeditaba el testimonio al estilo, la actitud civil al yo personal o el realismo esencial a la dispersión estética, lo cual no significa ni su desvinculación inspirativa de los grandes nombres de la literatura española, ni mucho menos su entendimiento del modernismo o el surrealismo a partir de los años 40. Ahora bien, al entender Caballero Bonald que la experiencia personal se vinculaba con el compromiso moral de la literatura, la poética del conocimiento como origen de su creación artística tenía mucho de compromiso ético, de actitud resistente para describir el ambiente moral, de crítica ante la opresión social o incluso de desengaño ante los avatares de la existencia. Más partidario de un concepto de la poesía o de la literatura como ejercicio o testimonio inteligente de crítica que como género para la simple y pura evocación, Caballero Bonald nos deja una lírica comprometida, una obra completa y variada de lenguaje exigente y lo que es más importante el ejemplo de una actitud desobediente y airada, de gran y admirable altura intelectual.