Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
Iñigo Linaje
Domingo, 5 de mayo 2024, 00:25
Es uno de los nombres más destacados del Festival Poetas en Mayo y llega a Vitoria con una novedad editorial bajo el brazo: el ensayo 'La ficción y la vida'. A pesar de haber publicado más de una docena de poemarios, entre los que destaca 'Donde nunca hubo ángeles', Manuel Rico (Madrid, 1952) es mucho más que un poeta. Sus intereses literarios le han llevado a cultivar géneros como la novela, el libro de viajes o el ensayo, además del estudio de autores como Manuel Vázquez Montalbán, Javier Egea o Félix Grande. A esos trabajos hay que añadir su labor como articulista y crítico literario, que lleva ejerciendo en revistas y periódicos como 'El País' desde hace muchos años.
Ajeno a escuelas y de espíritu independiente, Manuel Rico reunió en 2022 sus 'Diarios completos', un volumen que daba cuenta de su memoria personal y de sus preocupaciones individuales y colectivas. En ellos no solo recogía los viajes y las lecturas de su vida, sino también el ideario de un hombre vinculado a la política que siempre ha entendido la literatura desde el compromiso. Prueba de ello es que, desde 2015, dirige la Asociación Colegial de Escritores de España, una entidad que defiende los derechos de los creadores culturales.
Periodista de formación y empleado de banca ya jubilado, Manuel Rico ofrecerá una lectura de sus poemas el próximo miércoles a las 19.00 horas en el Parador de Argómaniz. Y el jueves moderará una tertulia poética a partir de las 12.00 horas en el hotel NH Canciller Ayala.
- Usted es un autor habitual en festivales. ¿Conocía Poetas en Mayo?
- No soy demasiado habitual, pese a las apariencias. De hecho, suelo asistir desde hace muchos años a Expoesía, en Soria, y a pocos más. Conocía Poetas en Mayo en la distancia y me alegra infinito participar en la edición de 2024. Me parece un ejemplo de algo con lo que definí la situación de nuestra poesía en el cambio de siglo: la ceremonia de la diversidad. Es decir, un encuentro de poetas diversos dialogando con los lectores.
- Más allá del encuentro entre escritores y lectores, ¿qué función desempeñan eventos como este o Expoesía, en Soria, dedicados única y exclusivamente a la poesía?
- Creo que contribuyen a prestigiarla como género imprescindible más allá del colectivo de lectores de poesía y de poetas (somos un colectivo en el que ambas categorías se funden: los poetas leemos a los poetas) y atraer la atención de gentes que la consideran un género minoritario, inútil, por no hablar de quienes la califican de cursilada. También para afirmar su valor en nuestra sociedad y para diferenciarla de otros productos, de seguimiento masivo, que se confunden con la poesía pero que no lo son… Ayudan a entender una cierta función social del poema: ayudar a la memoria personal y colectiva, a entender la realidad en sus zonas más escondidas, a acentuar la conciencia cívica, la solidaridad….
- ¿Cómo ha conciliado a lo largo de su vida dos ocupaciones antagónicas como el trabajo en un banco y su vocación literaria?
- Estuve activo como bancario entre 1970 y 1983. Después mantuve mi empleo con una sucesión de excedencias y ejercí algunas responsabilidades institucionales. La vocación literaria se refugió en las tardes y noches, en los fines de semana, en las vacaciones, en los viajes… Eso lo pagó en parte mi vida familiar.
- Usted ha cultivado géneros como la novela, el ensayo, el diario, la poesía y el articulismo. ¿En cuál de ellos muestra más de sí mismo?
- En la creación: es decir, en la narrativa y en la poesía. Y si tengo que elegir la básica, la esencial, diré que en la poesía, que fue la puerta a todo lo demás.
- ¿Qué debe y no debe tener un poema para que se convierta en memorable?
- Un poema es un aparato de lenguaje. Ha de hablar de la vida, debe contener un ingrediente básico, que es la emoción susceptible de ser vivida por cualquier lector que se acerque a él, y ha de ser estéticamente riguroso, tener música, ritmo. Y una gota de misterio. No olvidemos que es un fragmento de tiempo extraído del tiempo para que perdure más allá del momento en que nació… Lo dijo Eliot: un punto de intersección de lo intemporal (los más hondos sentimientos del ser humano) con el tiempo… Histórico, añado.
- ¿Debe un escritor comprometerse con su tiempo?
- Creo que es inevitable. No diré que es una obligación, pero si la poesía es un instrumento para arañar en las grandes incertidumbres del ser humano, en la vida y sus misterios, en una verdad que está en la raíz de nuestra existencia… Es obvio que todo eso está en el tiempo histórico que el poeta vive. Gaza, Ucrania, las grandes injusticias contemporáneas, la búsqueda de la felicidad… ¿Cómo ser indiferentes?
- Usted militó en el PCE y ha estado vinculado al progresismo y a la izquierda. ¿Cómo ve el panorama político en la actualidad, tan enfangado por escándalos y corrupciones?
- Es imprescindible luchar contra la corrupción, comprometerse contra ella de manera permanente. Para ello es imprescindible la prensa, los medios de comunicación, la denuncia constante, la actuación de la justicia. Al mismo tiempo, hay que afirmar un principio: no todo vale. En el periodismo, en la actuación judicial, en los partidos, es preciso afianzar una suerte de código de conducta que obligue a todos. Debatir a base de insultos, convertir al adversario en un enemigo a batir no es democracia, sino implantar la ley del que más insulta y más grita… Creo que hace falta una reflexión de fondo sobre todo eso… Y en el ámbito literario, también: hace falta un código de conducta y transparencia sobre los premios con dinero público.
- Dirige desde hace nueve años la Asociación Colegial de Escritores de España (ACE). ¿De qué manera puede defenderse un sector tan precario como el cultural en este país?
- Estamos en la fase de concreción en todos los campos (fiscal, seguridad social, laboral, etc…) del Estatuto del Artista con el Ministerio de Cultura, tenemos el reto de la Inteligencia Artificial y una peligrosa deriva hacia la censura y la prohibición. El escritor es, por principio, radicalmente individualista. Por eso debe organizarse: los editores, los libreros, los distribuidores, están organizados para defender sus intereses…. Los autores, la pieza esencial que alimenta al sector del libro, deben hacerlo también. Sin autores no hay cultura, el lema de ACE, es una verdad como un templo. En eso estamos.
- Su trabajo como crítico ha sido constante a lo largo de su vida. ¿Cómo ve la crítica hoy? ¿No está demasiado condicionada por ciertos medios e intereses?
- En efecto. Y en los grandes medios más aún, aunque creo que ese condicionante afecta más a géneros potencialmente masivos como la novela o el ensayo, en los que hay negocio. La crítica de poesía es el pariente pobre. Se ha reducido su espacio en los suplementos, y eso se está compensando con revistas digitales, algunas de muy alta calidad. Es imprescindible incluso en esos refugios, con más peso cada vez.
- ¿En qué consistirán sus intervenciones en Vitoria los días 8 y 9 de mayo?
- Hablaré de mi experiencia con la poesía, de mi último libro de poemas, 'Cuaderno de historia', de su importancia 'social' en el mundo en que vivimos. Leeré algunos poemas e intentaré conversar sobre los vínculos entre lenguaje, conciencia y memoria. Incluso trataré de atender preguntas sobre mi triple condición de poeta, narrador y crítico o sobre mi recentísimo ensayo 'La ficción y la vida'.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.