En el Teatro Principal de Vitoria

Cristiana Morganti, la huella de Pina Bausch y la «búsqueda de identidad» en la danza

Esta pieza de creación propia está llena de guiños a su trayectoria, marcada por su paso como bailarina de la compañía de Pina Bausch, una de las figuras más relevantes de las artes escénicas y pionera de la danza contemporánea. Si los montajes de la alemana solían tener a parte del plantel fumando, salta a la vista ya en el propio cartel esa referencia. Con Morganti con un pitillo en medio del escenario.«(Pina Bausch) aparece en tres momentos pequeños de una forma muy bella. Forma parte del 'backstage' y del subconsciente de la obra. Realmente yo no fumo y en los montajes de Pina continuamente ocurría. De hecho, cuando trabajaba en su compañía a veces me miraba como diciendo que tenía que aprender a fumar», cuenta la bailarina y coreógrafa que rompió amarras hace una década con la compañía de Pina Bausch's Tanztheater. Fue ese 2014 cuando dio el salto a crear sus propias obras. «Tenía 45 años y todo el mundo me decía que estaba loca. Además tenía una edad en la que la mayoría ya dejaba de bailar».

Para ese «reto en busca de una identidad» se rodeó de la directora de teatro Gloria Paris y la videoartista Connie Prantera. En escena conecta con el público rompiendo con la cuarta pared. «Cuando algunas cosas no se pueden expresar a través de las palabras, ahí está el movimiento y la danza», afirma acerca de una pieza en la que el paso del tiempo está muy presente. «Trata la fragilidad, el riesgo y lo que supone bailar a una cierta edad».

El nombre de Jessica del título ('Jessica and Me') lo toma directamente de sus recuerdos. Ese nombre era un álter ego que la bailarina tenía cuando era pequeña. En escena, la voz de ese personaje fruto de su imaginación que simboliza también las ilusiones suena como el eco de un casete. A través de los altavoces se escucha hablar de una bailarina, de una intérprete y de una italiana que vive en Alemania, todos paisajes autorreferenciales. «Hay una dualidad constante», apunta acerca de ese diálogo entre los movimientos de Morganti y el audiovisual que acompaña la obra.

Eso sí, la bailarina rehúye de una excesiva solemnidad en esta puesta en escena. «Mi principal miedo era hacer una celebración de mí misma y por eso tiene una mirada irónica. Sobre mí misma, la danza e incluso sobre mi referente Pina Bausch». Todavía quedan algunas entradas a la venta para este aclamado montaje.