El concierto coral 'Gora Bihotzak' cierra el programa cultural del Fair Saturday

Aunque ver a orquestas vascas por estas veredas se ha normalizado y algunos encuentros empiezan a ser recurrentes, la cita tenía su atractivo mas allá de su ánimo de reivindicar la cultura como actividad esencial y el poder revitalizador de la música en los tiempos difíciles. Lo cierto es que, aun con sus momentos, en lo musical la cita resulto un tanto deslavazada, afectada por cierto boato institucional, un sonido mejorable y cierta sensación de improvisación y falta de dinamismo

A ello contribuyó que se optara por alternar interpretaciones sucesivas de temas de cada uno de los participantes a los que, de manera inexplicable, nadie presentó. Ni siquiera en el caso de cantantes noveles como la donostiarra Idoia Asurmendi. ¿Quién es esta chica? se preguntaban en un butaca colindante mientras la cantante formada en Musikene agradecía la oportunidad antes de interpretar con soltura en castellano una testimonial canción de su memoria familiar

El rosario de entradas y salidas que se sucedió lastró un tanto el concierto que quizás hubiera si cada vocalista habría encadenando todos sus temas desarrollando una interpretación diferenciada. Retransmitida en directo en streaming 360º para todo Euskadi a través de fsnext.org, la velada arrancó solemne con una interpretación minimalista del «Agur Jaunak» en memoria de las víctimas de la pandemia y unos sensibles versos de Kirmen Uribe en torno a la resilencia y la esperanza colectiva acompañados de visuales evocadores

Una interpretación coral del tema central «Gure Bihotzak» actuó como obertura del recital que, en lo vocal, inició Pello Reparaz, alias Zetak. El ex componente de festivo combo navarro Vendetta fue el único mínimamente introducido al interpretar, un tanto cohibido por el acompañamiento sinfónico, 'Zeinen ederra izango den', tema central «en honor de los que dejamos atrás» de su nuevo proyecto electrónico. Ganador del Goya por la música de 'Un monstruo viene a verme', el director y brillante compositor cinemático Fernando Velázquez canalizo el encuentro coral aprovechando el trabajo previo hecho con la Sinfónica de Euskadi (OSE) para dar ropaje orquestal a Ken Zazpi, Izaro o los propios Zea Mays. «Mi trabajo aquí es dar vuelta y vuelta», había resumido el director.

Con tablas en este terreno y aplomo vocal, el líder de los primeros, Eñaut Elorrieta, abrió su parte recreado su colaboración con Velázquez en 'Harbide Zilar Bat/Una calzada plateada' (En esta estación desolada... ¿qué hay más allá?, se preguntaban en la letras que, en casos de especial calado emotivo, aparecían traducidas en los videos de la pantalla de fondo). Balseros migrantes y niños de la guerra aparecen en «Errefuxiatuena» que en su primera aparición Izaro interpretó mirando más a la orquesta que al personal. Cada vez más versátil y asentada en escena, la vizcaína residente en Donostia se mostraría después máss suelta repescando sus versiones con la OSE de 'Mi Escala de Grises' y 'Paris', cambiando en su letra 'la danza en la Plaza Notre Dame' por el Euskalduna

Aunque la acústica de su guitarrista Iñaki Imaz fuera inaudible, la cantante de Zea mays Aiora Renteria pareció disfrutar al llevar, con ayuda de Velázquez, «Kea» al terreno de épico y coral del Morricone de Sergio Leone. También engrandeció en vena de rock orquestal, y un tanto tapada por las cuerdas, «Elektrizatea» para disfrutar y conectar con la platea tirando en su cierre de la popular 'Negua joan da ta' que hasta sonó, para bien, algo eurovisiva. Intercalados habían sonado antes una emocional pieza romántica de la ultima subida al Gorbea de Jose Mari Sedano (el homenaje a los mayores y afectados de Alzheimer) y, favorecidas por épicos crescendos finales, las interpretaciones que Elorrieta fue secuenciando de 'Ez dago ezer' antes de recurrir a dupla que Ken Zazpi ya grabara con la OSE 'Itsasoak gara' y 'Haizea'.

Sin estar en el programa, animó también por sorpresa a elevar los corazones Iñaki Uranga, que compareció con mascarilla y optó por interpretar «My Way» en la misma vena crooneristica (y algo hotelera ) que exhibió las pasadas navidades con una big band en el propio Euskaduna. Sin quizás precisar ni ensayos, demostró sus tablas Iñaki, que agradeció a los organizadores la invitación, ensalzando la «superproducción» y a sus colegas para presentar al guineano botxero Pascual Molongua, garganta de ébano popular desde hace décadas en las calles bilbaínas. Le introdujo con cariño como «El Gregory Porter bilbaíno» Louis Armstrong debió decir, pues el algo impedido Pascual (le ayudaron a salir al escenario) volvió a recibir al aprecio local al interpretar con su rajo quebrado un año más en el Fair Saturday su habitual «What a wonderful world» Y es que, después de que le llegaran a dar por muerto durante el confinamiento, para Pascual el mundo sigue siendo maravilloso.

Tras reunirse en el escenario todos los participantes con la orquesta y el coro para recibir ovaciones reiteradas de la enmascarada y comedida audiencia, Fernando Velázquez guió a la BOS en «Hanka bat lurrean, beste bat airean» (tema de Jon Sarasua y de la banda sonora del proyecto de grupo Mondragon Humanity at music con visuales de los payasos Pirritx eta Porrotx) y una nueva versión coral de 'Gora Bihotzak' para poner el broche con una interpretación final del clásico villancico vasco «Hator hator» que encajará muy bien en el especial navideño que emitirá en breve EITB. Seguro que la edición televisiva disimulará carencias y dinamizará el espectáculo amplificando sus buenas intenciones artísticas, anímicas y solidarias