Las banderas de España incluso aparecen en los collares de los badges de los periodistas y profesionales acreditados. A los nacionalistas catalanes y vascos más irredentos les provocaría urticaria pasearse este fin de semana por las calles de Angulema debido a la omnipresencia de la ... rojigualda. Y eso que para cualquier amante del cómic siempre resulta un placer asistir al festival que acoge esta localidad del suroeste de Francia. La 52ª edición de este certamen —probablemente el más prestigioso sobre el noveno arte en Europa— empezó este jueves con España como invitada especial. Una presencia que los profesionales del sector confían en que consolide el «auge creativo» de los dibujantes españoles.
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«Estoy contentísima de estar y poder publicar aquí, porque es un poco la meca» del cómic, asegura la valenciana Ana Penyas, la primera mujer en ganar el Premio Nacional del Cómic, en declaraciones a este medio en los pasillos del estand dedicado a la venta de los derechos de autor. Junto con Paco Roca, Penyas es una de las autoras que encarnan el buen momento del cómic español. Una forma de creación artística en que han ganado peso las mujeres en los últimos años, además de dejar de ser considerada como un mero entretenimiento infantil o juvenil. Aspira ahora al mismo reconocimiento —y también solidez económica— que en Francia o Bélgica.
«En Francia resulta increíble cómo se trata el cómic en todos los ámbitos de la sociedad y como editores siempre intentamos que en nuestro país suceda lo mismo», explica Lucía Álvarez, editora de Astiberri. Esta editorial vizcaína es considerada como una de las precursoras de la madurez del noveno arte ibérico. Habitual de cada año en Angulema, Álvarez destaca la más que notable presencia de autores españoles en esta edición: «Hay más de 100 y eso que normalmente solo había unas pocas decenas». Se trata de una cifra elevada, teniendo en cuenta que anualmente la creación nacional representa unas 1.000 historietas, un 25% del total de las que se publican.
No solía ser habitual que Angulema contara con un país como invitado especial. La presencia de España, esta vez, se ve reflejada en un pabellón específico, donde se organizan conferencias y encuentros con los autores. Los profesionales confían en que esto ayude en la venta de derechos y en lograr traducciones. «La llegada como país invitado en la feria del cómic más importante en el mundo» representa «un punto de culminación» de un sector que vive «un auge extraordinario», declaró el ministro de Cultura, Ernest Urtasun, en uno de los actos inaugurales.
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Urtasun aprovechó su viaje a Angulema para anunciar la creación este año de unas ayudas específicas para el noveno arte, un sector especialmente precario en que numerosos dibujantes, incluidos los consagrados, no logran vivir de sus creaciones. También coincidió con el anuncio por parte del Ministerio de Cultura de que retira su proyecto para regular la inteligencia artificial, que había indignado a los colectivos de artistas, incluidos los historietistas, por la poca protección que les ofrecía. «La inteligencia artificial es un expolio», denunció Héloïse Guerrier, editora francesa de Astiberri, en uno de los coloquios en el festival.
Las mujeres «hacen las creaciones más interesantes»
Además, hay dos exposiciones dedicadas al cómic español. Por un lado, una retrospectiva sobre la historia de este arte desde los dibujos satíricos de finales del siglo XIX con Apeles Mestres hasta el buen momento de las novelas gráficas, pasando por el clásico Francisco Ibáñez, creador de Mortadelo y Filemón. Por el otro, la muestra 'Constelaciones gráficas' sobre nueve jóvenes autoras (Bàrbara Alca, Marta Cartu, Genie Espinosa, Ana Galvañ, Nadia Hafid, Conxita Herrero, María Medem, Miriam Persand y Roberta Vázquez) muy ambiciosas a nivel formal.
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«Después de tantos años marcados por el cómic masculino», las «creaciones más interesantes actualmente en España las hacen las mujeres», destacó Francesc Capdevila, conocido artísticamente como Max, que ha diseñado el cartel de este año de Angulema. En este mismo mensaje insiste la exposición 'Constelaciones gráficas' —ya se había mostrado en el CCCB de Barcelona— sobre el trabajo de esta nueva generación de creadoras, muchas de las cuales empezaron con los fanzines. Casi todas ellas parten de historias personales, con una lógica generacional, pero lo utilizan para experimentar en la forma. Y convierten el cómic en un arte que va más allá de la sucesión de viñetas.
Además de esa exposición, puede verse en Angulema una muestra sobre la figura de Superman, otra sobre la dibujante británica Possy Simmonds, de la serie de mangas Vinland Saga o sobre el mangaka Kamome Shirahama. En el acto inaugural del miércoles por la noche, la francesa Anouk Ricard, conocida por su arte del absurdo, recibió el Gran Premio dedicado a toda una trayectoria. Y el sábado por la noche se entregará la prestigiosa Fauve d'Or. Representará el punto culminante de un festival con un marcado acento español.
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