La colección del Museo de Bellas Artes deslumbra en Tabakalera

La exposición, que abre hoy sus puertas al público y se podrá visitar hasta el 5 de noviembre, ocupa un total de 1.500 metros cuadrados que conforman un recorrido circular a lo largo de la primera planta del edificio. Las 107 obras de un total de 80 artistas se reparten en tres espacios diferenciados, en los que se propone un relato sobre el arte y el tiempo. La idea expositiva parte de la pieza teatral homónima de Samuel Beckett, 'That Time', en la que el poeta y dramaturgo irlandés cruza tres voces humanas que remiten a tres momentos de la vida del protagonista: la juventud, la madurez y la vejez. Cada una de estas ideas se plasmará en una sala.

Los comisarios de la exposición, Miriam Alzuri, conservadora de Arte Moderno y Contemporáneo del Bellas Artes, y Oier Etxeberria, responsable del Programa Público de Tabakalera, destacaron la «dimensión multitemporal» que anhelaba el proyecto, ya que las obras no se exponen de forma cronológica. La más antigua que se puede ver es un retrato funerario procedente de la ciudad siria de Palmira realizado en el siglo II, mientras que la artista donostiarra Idoia Martín firma la pieza más actual. «Entre estas dos, el visitante encontrará autores y obras representativas de la diversidad objetual de la colección, en la que fluyen pinturas, esculturas, fotografías, videos, instalaciones y arte sonoro», explicó Alzuri.

Muchas de las obras que se pueden ver en Tabakalera se exponen por primera vez fuera del Bellas Artes. Es el caso del altorrelieve 'La muerte de Orfeo', del escultor bilbaíno Nemesio Mogrobejo. También se han incluido piezas de Susana Solano, Idoia Montón e Iñaki Garmendia, recién adquiridas por el museo y que todavía no se han visto en Bilbao. La conservadora de Arte Moderno y Contemporáneo del Bellas Artes recordó que todas las obras seleccionadas para la muestra «poseen cualidades plásticas y visuales propias que las hacen valiosas por sí mismas, aunque más allá de sus características formales hemos querido considerarlas casi como eslabones privilegiados en un relato histórico sobre el arte y el tiempo, aunque éste no se presente de forma lineal, sino circular».

Por su parte, el director del Bellas Artes, Miguel Zugaza, reconoció que, en estos momentos de transformación que vive el centro, 'That Time' ha permitido un «proceso de deconstrucción del museo» que, después de las obras de ampliación, va a venir «muy bien para volver a entenderlo, pensar sobre la colección y reconstruirlo cuando llegue el momento, desde nuestra contemporaneidad». Zugaza añadió que «a través de esta exposición, Tabakalera no es solo un espacio temporal del Bellas Artes, sino toda una epifanía».

Once bustos escultóricos de autores y épocas distintas reciben al visitante nada más cruzar la puerta de entrada. Algunos son anónimos y de fecha imprecisa, otros son realizados por conocidos artistas como Francisco Durrio, Quintín Torre, Josep Clará y Eduardo Arroyo. Todos ellos comparten el espacio con altavoces de diferentes épocas que han sido concebidos como bustos parlantes por la artista Ainara LeGardon en su producción 'Pausa pulsar'.

En la primera sala, dedicada a la vejez, el pasado se utiliza para entender el presente. «Es muy importante estar perdido en la guerra contra el tiempo, yo diría que imprescindible, para poder sumergirse en esta exposición», señaló Oier Etxeberria. En este espacio se ubica la serigrafía de Vicente Ameztoy que homenajea a Aita Barandiaran. Artistas como Ibon Aranberri, Bonifacio, Marta Cárdenas, Juan Luis Goenaga, Susana Talayero o Cy Twombly recrean un pasado que conversa con un presente con obras de, entre otros, Joan Pié o Elena Asins. Las herencias artísticas de Julio González, Eduardo Chillida y Susana Solano se mezclan con los «enigmas de un presente secularizado» a través de obras como 'Figura tumbada en espejo' de Francis Bacon, la escultura medieval 'San Juan al pie de la cruz' (anónimo español del siglo XIX) o la pintura de altar 'San Francisco en oración' de El Greco.

La segunda sala es la del tiempo presente, el de la madurez, donde las representaciones sobre la industrialización y la guerra adquieren un protagonismo especial. Nada más entrar, el espectador se encontrará con el retrato del poeta Moratín que pintó Goya y su serie de Disparates. Además, el diseño expositivo plantea una reflexión sobre la revolución industrial y los cambios que acarreó en los modelos productivos y en el trabajo. Aquí destacan algunas obras de artistas vascos como Antonio de Guezala, Agustín Ibarrola o Mari Puri Herrero, que comparten protagonismo con otra como 'Preparativos del primero de mayo' de Vicente Cutanda o 'El aldeano de Bakio' de Adolfo Guiard. El filme-ensayo 'Exergo', la creación de Jorge Moneo, un diálogo entre pinturas del Bellas Artes y artistas, también se incluye en este espacio.

Por ultimo, la tercera sala enfrentará al visitante a las incertidumbres del tiempo futuro, con el altorrelieve 'La muerte de Orfeo' de Nemesio Mogrobejo y el tapiz 'La creación del mundo' de Fernand Léger como piezas más destacadas. A la salida, el visitante se topará con la tercera pieza creada para la exposición, 'The Same Ground', realizada en el suelo exterior de la sala y compuesta por letras, fragmentos, símbolos y signos, que firma Ilke Gers.