'Estantería II'. Obra de 2008 del colectivo cubanos Los Carpinteros, interesados en los bjetos cotidianos y en el humo

Una colección de 3.300 obras, la mitad firmadas por artistas latinoamericanos

Los fondos incluyen a clásicos contemporáneos como Soto, Tomás Maldonado y Luis Camintzer junto a creadores más recientes

Domingo, 30 de enero 2022, 01:34

En 1983, Ella Fontanals-Cisneros acompañó a una amiga a visitar la Feria Internacional de Arte Contemporáneo (FIAC) de París para ver un cuadro del venezolano Jesús Rafael Soto, 'Vibración I', fechado en 1961. El arte óptico de Soto no tenía nada que ver con ... la figuración que hasta ese momento coleccionaba. Pero, según sus palabras, sintió algo «entre el odio y el amor, algo diferente», y al día siguiente lo compró.

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Fue la obra que inauguró su etapa como destacada coleccionista mundial, con una especial inclinación hacia el arte abstracto latinoamericano. 'Vibración I' se vio en la exposición que el Guggenheim dedicó a Soto entre octubre de 2019 y febrero de 2020. Una pieza singular en una muestra que redescubrió a un gran artista.

El venezolano es uno de los puntos fuertes de la Colección Fontanals-Cisneros, integrada por más de 3.300 obras, de las que aproximadamente la mitad son de artistas latinoamericanos y casi 700 relacionadas con la geometría, además de vídeos, fondos importantes de fotografía de arquitectura y artistas internacionales.

La propia mecenas suele destacar lo que más le gusta de su colección, como las obras del informalista argentino Alberto Greco o del cubano Gustavo Pérez León, entre el expresionismo abstracto y el espacialismo de Lucio Fontana.

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Descubrimientos

Ella Fontanals-Cisneros se siente orgullosa de haber contribuido al descubrimiento de Carmen Herrera, pintora y escultora cubana de 106 años. Se mudó a Nueva York en 1939 y después de la Segunda Guerra Mundial se instaló en París con su marido. A su vuelta, su tipo de abstracción dura, muy perfilada, no tuvo cabida entre las corrientes más líricas que funcionaban entonces. En 2004, a los 89 años, vendió su primera obra y la coleccionista latinoamericana estuvo entre los primeros compradores. El arte de Carmen Herrera está hoy en el MoMA neoyorquino y en la Tate Modern de Londres.

Hay otros clásicos contemporáneos de origen latinoamericano en la colección, como Tomás Maldonado, Alejandro Otero, el conceptual Luis Camintzer, la pionera del videoarte Ana Mendieta y el más reciente dúo cubano Los Carpinteros.

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La obra que inicia su colección, 'Vibración I' de Soto, se vio en una muestra del Guggenheim

abstracción

Pero en la sangre del coleccionista está seguir el ritmo de los acontecimientos, las novedades, la obra de los artistas que prometen. Además de las compras directas, para cubrir este flanco la Fundación Cisneros Fontanals (CIFO), con sede en Miami, tiene un programa de becas para creadores emergentes, que le permite coleccionar sus obras.

Con los asentados, los más recientes y los últimos, la fundación tiene el fuelle suficiente como para montar unas exposiciones de alto nivel, hasta 2018 en sus salas y también en museos, y desde ese año sólo en estos. El Pompidou de Metz, el Bellas Artes de Boston, la Fundación March y el Reina Sofía de Madrid, la Tate Modern de Londres y el Museo del Barrio en Nueva York han acogido muestras.

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En ellas no sólo se exhibe el arte latinoamericano, sino también el de otras latitudes. Por sólo citar a los más conocidos, Ai Weiwei, Marina Abramovic, Damian Hirst, Mona Hatoum, Olafur Eliasson y Barbara Kruger están representados en sus fondos. Una de las premisas de la colección, y del arte contemporáneo, es que los espacios intelectuales, de creación y de formación, son fluidos y por tanto rebasan las líneas geográficas.

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