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«Está ardiendo Notre Dame». La frase golpeó el lunes por la tarde a millones de personas en su día deslumbradas por la catedral de París, el monumento más visitado del mundo. Les despertó recuerdos y les metió en el cuerpo el miedo a perder ... uno de los más bellos templos góticos, símbolo de Francia y de la cultura europea. Cuando los vídeos mostraban en las redes sociales que el tejado de madera ardía, que caía la aguja, que el humo nublaba el cielo de la Ciudad de la Luz, parecía que la catedral estaba condenada, que más de ocho siglos de historia iban a convertirse en cenizas. Sin embargo, gracias a los bomberos, el martes amaneció luminoso y Nuestra Señora de París, en pie.
La investigación no ha hecho nada más que empezar, pero las autoridades descartan cualquier intencionalidad. «Trabajamos con la hipótesis de que fue un accidente», dijo el martes el fiscal general de París, Remy Heitz. Creen que el incendio se originó en las obras de renovación de la cubierta del templo y podría haberse desencadenado por un cortocircuito, un punto caliente de soldadura, un cigarrillo... Cuando se declaró el fuego, a las 18.50 horas, había medio centenar de obreros trabajando en la iglesia, en cuyo exterior se había instalado un gran andamio a 100 metros de altura. Según las últimas hipótesis que barajan los investigadores de la Policía francesa, las llamas comenzaron justo debajo de la aguja del tejado, la primera parte de la catedral que sucumbió a las llamas, y se están analizando los montacargas de las obras de reparación como posible origen del fuego.
En cuanto se enteró de lo que sucedía en París, el siempre lenguaraz Donald Trump propuso en Twitter el uso de hidroaviones.El cantante José Manuel Soto abogó, por su parte, por la utilización de helicópteros,«teniendo el Sena al lado», y dejó caer, sobre la causa, que «ya veremos, pero es un gran símbolo del cristianismo francés, en plena Semana Santa...». Tanto la del inquilino de la Casa Blanca como la del músico español –que rectificó horas después– eran ideas de bombero.El lanzamiento de grandes masas de agua sobre el tejado hubiera provocado su hundimiento y provocado graves daños en la estructura del edificio, además de que los bomberos habrían tenido que retirarse.
El incendio se declaró en el tejado del edificio, que descansaba sobre una armazón medieval de vigas de roble conocido como 'el bosque' que empezó a arder como una tea. A las 19.40 horas, el fuego alcanzó la aguja de madera recubierta de plomo levantada sobre el crucero por el arquitecto Viollet-le-Duc a mediados del sigloXIX, como parte de una gran remodelación del templo. Trece minutos después, la aguja, de 96 metros, se desplomaba entre llamas sobre la techumbre y hundía la bóveda central. Caía con ella el gallo que la coronaba, que guardaba en su interior una supuesta espina de la corona de Jesús de Nazaret, además de otras reliquias de santa Genoveva y san Denis. De cobre, el gallo sobrevivió a la caída y fue descubierto el miércoles, «abollado», sobre una de las naves laterales. Dieciséis estatuas de cobre que adornaban la aguja se salvaron porque, cuatro días antes, habían sido retiradas para su restauración.
El fuego consumió toda la estructura de madera de la techumbre de Notre Dame, que databa del siglo XIII; es decir, de cuando se construyó la catedral, de la que se puso la primera piedra en 1163. Es una pérdida irreparable, pero puede considerarse menor dadas dimensiones del siniestro.Además, aparte de la del crucero, solo otras dos bóvedas registraron derrumbes parciales y los tres grandes rosetones no han sufrido daños catastróficos. Las emblemáticas torres norte y sur, donde los bomberos echaron el resto conscientes de que, si las perdían, perdían el edificio, se salvaron del fuego.La resistencia de la catedral ha demostrado la maestría de los arquitectos medievales. En su interior, el altar mayor parece intacto, al igual que algunas reliquias, el órgano no ha sufrido daños importantes, y los cuadros de los siglos XVI yXVII parece que tampoco.
Es imposible saberlo. Por de pronto, se va a convocar un concurso internacional para la nueva aguja abierto a todas las posibilidades, desde recrear la de la Viollet-le-Duc hasta rediseñarla. La financiación de la costosa restauración de Nuestra Señora está asegurada después de la lluvia de millones prometida por grandes empresas francesas.Emmanuel Macron ha dicho que Notre Dame resucitará en cinco años «aún más bella». Habrá que ver si ese corto plazo es posible y si incorporará elementos contemporáneos, como ha pasado en otras épocas.
Los franceses miran al cielo con preocupación. Hay previsión de lluvias a partir del martes y los efectos pueden ser demoledores. Para evitar más daños en Nuestra Señora de París, se ha previsto la instalación de una lona, una especie de «gran paraguas», lo suficientemente grande para permitir los trabajos de reconstrucción. El encargado de realizar esta primera intervención será el arquitecto jefe de Notre Dame, Philippe Villeneuve.
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