El bilbaíno ha presentado la serie este viernes.Efe
Urbizu: «Ya era hora de que no camparan a sus anchas los abusadores»
Festival de Cine de San Sebastián ·
El bilbaíno regresa a la dirección con 'Gigantes', una serie sobre un clan criminal presentada en la sección oficial del Zinemaldia que recupera al mejor autor de thrillers del cine español
El regreso más esperado en la sección oficial del Zinemaldia era el de Enrique Urbizu (Bilbao, 1962), que siete años después de los seis Goyas de 'No habrá paz para los malvados' no se había vuelto a poner detrás de las cámaras. 'Gigantes' nos devuelve al maestro del thriller en una serie sobre una saga criminal que maneja despóticamente el patriarca del clan, encarnado por José Coronado, actor fetiche del realizador. Del Madrid del Rastro y los bajos fondos saltaremos a las mansiones de las afueras cuando los tres hijos asuman, al contrario que el padre, que el dinero ya se no puede guardar en el colchón. 'Gigantes' no inventa nada nuevo, pero devuelve al mejor Urbizu, un narrador vigoroso de tramas complejas capaz de sacudir al espectador con explosiones de violencia. Movistar estrenará los seis episodios completos de la primera temporada el 5 de octubre. El bilbaíno ha dirigido los tres primeros pero se responsabiliza de toda la serie.
- ¿Qué ha hecho en estos siete años?
- Pelearme, estar a punto de rodar un largo con Telecinco ('2014 hijos de puta'), el guion de una serie sobre la trata de blancas magnífico, que creo que es lo mejor que hemos escrito Mitxel Gaztambide y yo y que, de momento, no encuentra dónde aterrizar, y dos guiones de largo. Y dar clase, que me gusta mucho.
- ¿Cómo se siente presentando una serie en San Sebastián?
- Dócil, el mercado manda. Yo nunca he estado muy a favor de los festivales de cine. Los aceptas porque entiendo que son beneficiosos para ambas partes. Es inevitable, son los tiempos que corren. No es un campo de operaciones en el que yo pueda influir o cambiar nada. Ver 'Gigantes' hoy en pantalla grande va a ser una gozada.
- ¿Se siente orgulloso del producto?
- Sí, me gusta mucho. Como si fueran tres películas de 50 minutos. Son audiovisual; depende de donde la pongas será una cosa u otra. También hay mucho cine en pantalla grande que parece tele, sin ningún valor cinematográfico.
- ¿Ha trabajado más que con una película?
- Yo curro siempre mucho. Lo he hecho igual de intensamente, aunque con menos tiempo y otros plazos. No he tenido las intromisiones que tienen las series normalmente, que es uno de los grandes hándicaps de este formato. Las series forman parte de un mecanismo definido verticalmente desde arriba, no desde el cine, sino desde la empresa. Y 'Gigantes' no se ha hecho así en absoluto. Cuando hemos estado de acuerdo en lo que íbamos a hacer no ha habido ningún tipo de intromisión ni censura. Supongo que la confianza la hemos ganado con el resultado. Me he sentido muy seguro rodándola, ha sido una placer. Soy el responsable de hasta el último miembro del reparto.
- El director Alexander Payne, presidente del jurado en San Sebastián, afirma que vivimos «una edad de oro en la televisión y una edad de mierda en el cine».
- Relativamente cierto. Lo de las series me parece una burbuja hinchada, puro marketing. Hay unas cuantas series excepcionales y unos talentos sobresalientes, pero los ha habido toda la vida, en España y fuera de aquí. ¿Y de qué cine hablamos? ¿Del cine comercial 'mainstream' en Occidente? ¿Del cine europeo? ¿De Sorrentino? El cine está lleno de estímulos, de ideas, de diamantes que brillan. Otra cosa es que el ampliamente divulgado sea absolutamente anodino, monótono y que vive de la espectacularización de la tecnología. Esto tiene que ver con la educación del público. Si solo consumes eso, no creo que te sientes a ver una peli de Douglas Sirk con 20 años, cosa que nosotros sí hacíamos.
Coronado protagoniza la historia.
E. C.
- 'Gigantes' muestra un mundo masculino que se resquebraja.
- Un mundo destinado a desaparecer. La serie comienza con la ausencia de la madre y el segundo capítulo se cierra con su presencia, en ese arco está explicado toda la serie. Cuando muere el padre no enseño su tumba, sino la de la madre, porque su ausencia conforma a esos tres individuos. El personaje de José Coronado tiene pánico cuando se queda con sus hijos, y cuando tienes miedo, agredes. Es la herencia que deja. La serie la hemos escrito sin ningún complejo en estos tiempos que corren, no hemos tenido en cuenta la corrección política. Porque no se puede escribir así, con autocensura: que si tiene que haber mujeres, el empoderamiento… Son tres hijos de puta que venden cocaína, de qué me estás hablando, en ese negocio nunca ha habido mujeres. Los personajes femeninos va ganando terreno en la serie por su propio peso. Los protagonistas tienen enfrente a un montón de mujeres.
- ¿Cree que lo más relevante que ha pasado en el mundo del cine este año ha sido el #MeToo?
- Relevante en un sentido sociológico, pero en un sentido estético no ha cambiado nada. Ahí sigue Kathryn Bigelow haciendo películas y punto. Evidentemente el #MeToo marca un antes y un después en modos y maneras, porque ya era hora de que no camparan a sus anchas los hijos de puta abusadores. Pero es que abusadores de ambos sexos y con ambos sexos siempre habido y habrá. El abuso tiene más que ver con el poder que con el sexo, aunque el de mujeres es el que más predomina evidentemente.
- 'Gigantes' muestra qué fina es la línea del tránsito de matón a emprendedor.
- Trump. Fíjate si es emprendedor que es el presidente de Estados Unidos. La línea es la misma, solo que dentro y fuera de la ley. Los que están fuera, si no hubiera ley ni bancos no podrían lavar dinero. No es periodismo de investigación, es una constatación desde hace décadas. La 'ley seca' hizo grandes millonarios que crearon sagas que han gobernado el país.
Cinismo
- Sus películas suelen partir de noticias de los periódicos. ¿Qué últimos acontecimientos le han llamado la atención?
- Hay dos que están pidiendo a gritos una película: el mundo universitario, que conozco bien, y el de la prensa. El estado actual de lo que fue el cuarto poder independiente y en qué se ha convertido. Se trabaja para la empresa, como en todas partes, hay que echarle cinismo para creer todavía que hay algún medio independiente. Queda muy poco espacio para la nobleza.
- ¿Y la universidad?
- Yo en la uni he conocido a varias de las personas que más quiero en mi vida y a las más despreciables. Las universidades públicas son estructuras jerárquicas muy encerradas en sí mismas, que han creado sus propios sistemas piramidales. Supongo que están igual de enfermas que un montón de instituciones sagradas que deberían ser ejemplares. Están a veces en manos de reyezuelos y ahora lo comprobamos: ese señor con una pinta espantosa que reparte másters… Todo una chapuza, si estafas, estafa bien. ¿Qué aprenden los chavales?
- ¿Volverá a Euskadi a repasar nuestra historia reciente?
- Me encantaría, siempre está rulando esa idea. Aparte de que ahora se están haciendo unas cosas estupendas. Hay incentivos fiscales y una cantera de talento que siempre ha habido. Me acabo de encontrar con un exalumno, Paul Urkijo, que ha hecho 'Errementari'. Eso es muy grato. Son ya varias generaciones de cineastas vascos.
- Prepara un largo.
- 'Satán ha oído hablar de ti'. Un pulp sobre un tío que huye. La decadencia de Occidente, habla de que hacemos las cosas porque podemos, así de morales somos.
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