Tábata Cerezo, coordinadora de intimidad: «Hasta hace poco cuando se rodaban escenas de sexo iban ejecutivos a ver la grabación»

Tábata Cerezo (Madrid, 1993) es actriz, cineasta y coordinadora de intimidad, un rol que ha empezado a extenderse en los últimos años en la industria cinematográfica. Ésta figura nació al abrigo del movimiento MeToo con el objetivo de garantizar que los actores y actrices se sientan seguros y protegidos en el set durante el rodaje de las escenas en la que se simule sexo, violencia sexual o implique la desnudez.

«Nace de la mano del movimiento en Estados Unidos que puso sobre la mesa la necesidad de contemplar el consentimiento de los artistas», cuenta la cofundadora de Intimact, un colectivo de profesionales que nació en 2021 en España. En la actualidad tienen un equipo repartido entre Madrid, Barcelona, Bilbao y Lisboa. Evalúan los guiones, desglosan el contenido intimo según el «nivel de dificultad o riesgo», se entrevistan con los directores y actores y dialogan para encontrar la mejor manera de rodar las escenas.

Cerezo imparte una masterclass el próximo miércoles 13 de noviembre en la Fundación Laboral San Prudencio de Vitoria (de 9.00 a 13.00 horas, con inscripción gratuita a través de apika.asociacion@gmail.com ), impulsado por Apika. El objetivo es evitar que se produzcan casos como el de 'El último tango en París', de Bertolucci, cuyo rodaje marcó a la actriz Maria Schneider, que se enteró que tenía que grabar una escena de violación el mismo día del rodaje, o el cruce de piernas de Sharon Stone en 'Instinto básico'. «Hay que recordar que no fue consentido», comenta Cerezo. Como contó la actriz estadounidense en sus memorias, desde el equipo de producción le pidieron que se quitase la ropa interior para grabar esa toma garantizándole que no se vería nada.

– Maribel Verdú ha contado en entrevistas que si esta figura hubier existido antes se habría evitado «sentirse una mierda en muchos rodajes»

– Con Maribel trabajamos en 'Élite' y ella conocía ese rol también de Estados Unidos. Es un comentario que nos encontramos de forma recurrente sobre todo entre quienes trabajaron alrededor de los años 90 y 2.000 en España cuando se hacía mucho contenido íntimo, bastante cosificador de las mujeres en algunos casos y se explotaba mucho el desnudo femenino. También nos hemos encontrado con comentarios como «ojalá cuando era jovencita hubiera tenido este espacio» y no solo de mujeres, también de actores.

– ¿Actores que sentían que su intimidad no se respetaba?

– Sí, existe ese malentendido de que la coordinación de intimidad solo es para mujeres. Pero, al final, una escena puede poner en un lugar muy incómodo, expuesto y hacer sentir vulnerable a los artistas en general. Independientemente de su género.

– ¿En las grabaciones de escenas se limita la presencia de personas en el set?

– Siempre. Trabajamos con un protocolo de set reducido para asegurar que haya el equipo mínimo imprescindible. No solo dentro del set, sino también en monitores.

– ¿Eso no era así hasta hace unos tres años?

– Antes era común que hubiera un equipo mínimo en set. Pero en monitores no solía pasar tanto. Hasta hace muy poco incluso hemos visto que llegaba el día de la escena de sexo y de pronto aparecían 15 ejecutivos de cadena, de producción.. que se ponían a mirar en el monitor. Eso es algo que decidimos que no ocurra.

– Esta figura surge en Estados Unidos.

– Se empezó a ver que había un vacío en la industria. Siendo esa industria un lugar donde estaba todo muy planificado, justo cuando llegaban esas escenas íntimas nadie sabía qué hacer. Muchas veces se improvisaba y daba lugar a que potencialmente pudieran ocurrir cosas indeseadas, malentendidos o violencias de algún tipo.

– Existía antes la coordinación de acción para escenas de riesgo.

– La coordinación de intimidad es un rol muy parecido. Todo el mundo conoce que cuando hay escenas de violencia, hay alguien encargado de encontrar una coreografía, ayudar a que parezca realista en cámara y asegurar que los actores están seguros. Hacemos algo muy similar, pero con las escenas de sexo principalmente.

– Antes se solía usar un calcetín para evitar el roce, ¿ahora?

– Sí, un calcetín o una especie de pegatina. Nosotras lo sofisticamos más e incluimos añadimos lo que llamamos barrera, un elemento que realmente aísle el roce, para evitar el contacto genital.

– ¿Ha habido alguna película que haya supuesto un mayor reto?

– Cada una supone un reto. En tres años hemos hecho 50 producciones. Es verdad que 'Creatura' fue una película que en su día supuso un desafío enorme porque giraba en torno al descubrimiento de la sexualidad y teníamos intérpretes muy jóvenes.

– En el País Vasco han trabajado en 'Querer', '8', 'Nina'... incluso cuentan con equipo en Bilbao. ¿Desde cuándo?

– Graciela Doniz se incorporó al equipo tras acabar una formación. Necesitábamos a alguien local porque se han disparado los rodajes y era necesario para atender las necesidades que existen.

– ¿Muchos les han dicho que no es necesario ese trabajo?

– Al principio existía cierto prejuicio por desconocimiento. Lo normal ante algo nuevo. Pero creo que la industria lo ha entendido muy bien y rápido qué es e incluso repiten.

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