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mitxel ezquiaga
Sábado, 28 de septiembre 2019, 10:51
Vaya fin de fiesta tan agitado. Empecemos por ella: Penélope Cruz es sin duda la reina de esta edición, o más bien 'la princesa del pueblo'. Encantadora, feliz, cercana y natural, se ganó a todos. Se reconoce un personaje «como de Almodóvar», llevaba ... dos días preparando el discurso de agradecimiento y confiesa que, si fuese por ella, vendría alZinemaldia todos los años. Pero una duda corroía a la actriz en las últimas semanas: ignoraba quién iba a darle el premio. «Le he preguntado a Javier (por Bardem), porque él sí lo sabe, y me toma el pelo. Me dice que será Rebordinos vestido de lentejuelas, o Monchito...». No fue la única en vilo: la organización del Festival mantuvo el secreto hasta el final. A media tarde se dispararon las alarmas cuando Michael Fassbender y su mujer, la actriz Alicia Vikander, fueron vistos en el aeropuerto de Loiu. Los dos son amigos de la pareja Bardem-Cruz. ¿Era la sorpresa? Por la noche comprobamos que no. La sorpresa era Bono, del grupo U2, que provocó el delirio del público cuando entró dando saltos en el escenario, antes de entregarle en galardón entre los aplausos del personal.
Penélope Cruz es el premio Donostia español más joven, pero en la historia del galardón otros artistas lo recogieron con menos años, como Ewan McGregor o Matt Dillon. Lo que sí puede poner en su curriculum la actriz madrileña es ser la responsable indirecta del premio Donostia más tardío que se recuerda: el de Donald Sutherland, que empezó con más de media hora de retraso sobre la hora prevista. Ocurrió en la noche del jueves y estuvo a punto de provocar un infarto en directivos del Zinemaldia.
La llegada a Donostia de Penélope Cruz coincidía con la hora en que Sutherland debía salir del María Cristina hacia el Kursaal. Pero Cruz se retrasó y Sutherland tuvo que esperar en el hotel. El canadiense llegó tarde a la alfombra roja y ahí decidió atender como Dios manda a los aficionados que le esperaban. Fue el show de Sutherland: la gente del Festival intentando que entrara al auditorio y él haciendo las delicias de los fans con su sonrisa y su bastón. Al final entró y pronunció en escena su emocionado agradecimiento en euskera «a Euskal Herria», tal como repitió a voz en grito media docena veces. Salió feliz y ayer dejó la ciudad encantado, repitiendo que un día le gustaría rodar aquí.
El 'glamour' continúa en esta recta final. Ayer por la tarde llegó a San Sebastián Tim Roth, el actor fetiche de Tarantino, protagonista de 'La canción de los nombres olvidados', filme de clausura. Roth estuvo simpático, pero fugaz: casi bate el récord de llegada rápida con solo 15 segundos desde el coche hasta el interior del hotel.
O sea, todo lo contrario que Mario Casas, un fenómeno que un día debería estudiar algún experto en comunicación. Casas provoca en este Festival olas de entusiasmo adolescente que nadie más consigue. Su entrada en la gala de TVE en el Victoria Eugenia provocó otro delirio de las fans. Laetitia Casta seguía boquiabierta la escena desde el vecino café Victoria. «¿Quién es este hombre?», preguntaban los suizos de su película. El alcalde Eneko Goia trataba de explicárselo. «Es un actor muy conocido por su papel en las series de la tele»... Lo mejor es que Mario Casas mantiene el tono. Su visita a San Sebastián fue relámpago porque está rodando en Barcelona, pero cumplió con creces.
Este año ha primado el 'glamour' reivindicativo. Javier Bardem y Alba Flores se plantaron ayer a mediodía en la concentración de jóvenes del Boulevard que pedía soluciones contra el cambio climático. Los dos actores cogieron la pancarta y se sumaron a la protesta ante la mirada atónita de algunos de los chavales.
Casi a la misma hora y a solo unos metros el director británico Ken Loach demostraba también que lo suyo no es solo cine social de boquilla. Se plantó en Sagüés en la acampada que mantienen las trabajadoras de las residencias de mayores que llevan meses en huelga y les mostró todo su apoyo. El sindicato ELA distribuyó las fotos en las que se ve a Loach mostrando apoyo a las huelguistas y enfundándose la camiseta que llevan ellas.
También el director Daniel Sánchez Arévalo tiene una reivindicación en favor de los animales abandonados. Un perro, 'Oveja', fue rescatado para protagonizar 'Diecisiete', la película presentada ayer fuera de concurso en la Sección Oficial. El actor protagonista, Biel Montoro, se quedó a 'Oveja' en la vida real tras el rodaje y el can paseó ayer feliz por el photocall después de corretear por la playa de la Zurriola.
No faltó ni el 'glamour' del queso. El estreno en el Culinary Zinema de 'Gazta', el precioso documental de Mikel Urretabizkaia sobre el universo del Idiazabal, fue acompañado de una cata en la carpa gastronómica junto a los cubos con presencia de Elena Arzak, pastores y miembros de la Cofradía. Hoy brindaremos todos en la clausura.
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