El autor de esta crónica en una escena de 'Los últimos románticos', que se rueda estos días en Bizkaia. David Herranz

Mi primer día de figurante: frío y aburrimiento para salir en una peli

El rodaje de 'Los últimos románticos' se ve muy distinto trabajando de extra, una ocupación muy demandada en Bizkaia que permite conocer las tripas de una película

Sábado, 2 de marzo 2024

«Sobre todo, nunca mires a la cámara». Es la orden que debe tener grabada a fuego cualquier figurante en un rodaje. Revelar la cuarta pared, la tramoya de una película, queda reservado a Woody Allen cuando habla directamente al espectador. El resto, las personas ... que hacen bulto en el plano y no tienen diálogos, no deben estorbar en la acción principal. También es conveniente llevar camiseta térmica, porque se pasa mucho frío en las esperas.

Publicidad

Tras casi 30 años cubriendo rodajes como periodista, la experiencia de ser figurante por una tarde otorga una nueva perspectiva al curioso oficio de hacer películas. Olmo Figueredo, el productor de 'Los últimos románticos', quería agradecer así el tuit de quien firma estas líneas, que en el lejano verano de 2020 escribió que en la novela de Txani Rodríguez, Premio Euskadi de Literatura, había una película. Cuatro años después, Irune es de carne y hueso. Miren Gaztañaga atiende las instrucciones del director David Pérez Sañudo en Jardín Secreto, el local de Zorrozaurre que en la ficción será el Bar Jirafa.

Noticia relacionada

Primer descubrimiento. Todo es mentira en una película. Las luces y guirnaldas las ha colocado el equipo de iluminación, que gradúa su intensidad desde un iPad. El humo generado artificialmente tamizará la luz para crear un ambiente más íntimo. Debo sentarme en la barra y pedir una cerveza. La protagonista se acercará, solicitará una canción y después se entregará a un baile catártico, sin importarle incluso que se haya manchado los vaqueros porque le ha bajado la regla.

Es una escena importante, casi al final de la película, un plano-secuencia complejo (sin cortes), que exige la coreografía de la gente que baila en la pista. Todos han participado ya en más rodajes. Las agencias de casting en Bilbao casi no dan a basto por la proliferación de películas y series gracias a los incentivos fiscales. Hoy cobrarán unos sesenta euros limpios, que pueden ser ciento y pico por las horas extra si la cosa se alarga hasta la madrugada. Segundo descubrimiento: la cerveza en realidad es agua, porque en los rodajes nunca hay alcohol.

Publicidad

El caos inicial no es tal: todo el mundo tiene claro su cometido en una maquinaria perfectamente engrasada. El productor vasco de 'Azken erromantikoak', Ander Barinaga-Rementeria, trabaja discreto con su portátil en una esquina. El director de fotografía, Víctor Benavides Olazabal, carga con la cámara mientras David Pérez Sañudo, ganador de tres Goyas por 'Ane', se parapeta tras el combo, un eufemismo para denominar a los monitores de gran tamaño donde ve la acción. No he tenido mucha suerte y me va a tocar el récord de repeticiones en las cuatro semanas de rodaje que llevan: tras varios ensayos, la escena se dará por buena después de la friolera de diez tomas y cuatro horas.

La escena de 'Los últimos románticos' desde el ojo del fotofija, David Herranz. D. Herranz

En el oficio de figurante, inevitablemente desarrollas amistad con desconocidos que están igual que tú. María, la camarera, viene de Zarautz y cuenta que anoche acabaron a las tres de la madrugada. También salía vestida de época en 'Balenciaga'. Según avanzan las horas, la actitud envarada del inicio va dando paso inevitablemente al relajamiento. Sin método Stanislavski, te sientes más natural, mejor actor. La peña empieza a mirar los móviles y piensas que, si tú estás cansado, ¿cómo debe sentirse Miren Gaztañaga, que en cada toma repite un baile extenuante?

Publicidad

Tercer descubrimiento. El cátering reconforta mucho, aunque sea café de termo y una pasta. El alivio de pasar a rodar la siguiente escena lo comparte todo el equipo, desde el director, siempre sumido en sus pensamientos, respondiendo preguntas, al último de los eléctricos. La experiencia ha merecido la pena, pero quiero irme a mi casa. Todo el mundo es muy amable. Una ayudante de producción trae unos papeles para firmar la cesión de los derechos de imagen y un coche del equipo sirve de taxi. El círculo de 'Los últimos románticos' se cerrará por completo cuando la película se estrene y escriba la crítica. Presiento que será buena.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Accede todo un mes por solo 0,99€

Publicidad