Medio siglo del clásico que reinventó el cine de terror

La historia ocurre en una casa victoriana perdida en los campos de Texas. Cinco jóvenes, interpretados por Marilyn Burns, Paul A. Partain, Allen Deanzinger, William Vail y Teri McMinn, emprenden un viaje al recibir la noticia de que la tumba del abuelo de uno de ellos ha sido profanada y caen en manos de Leatherface (Gunnr Hansen), un hombre con algún tipo de retraso mental y cuya familia, que practica el canibalismo, vende embutidos de carne humana. Desde el principio se respira el peligro que va creciendo al tiempo que la brutalidad y la violencia se apoderan de la historia

Con un presupuesto mínimo, unos 140.000 dólares -solo en EE UU llegó a recaudar 30 millones-, desde el principio fue bautizada como un filme de culto y cuenta con uno de los personajes más simbólicos del cine de terror, precursor de Jason ('Viernes 13') y Michael Myers (Halloween). Para abaratar costes, muchos de los intérpretes eran amateurs y se impuso un plan de rodaje de catorce horas al día.

El escaso presupuesto obligó al actor islandés Gunnar Hansen (Leatherface) a vestir el mismo disfraz durante toda la filmación, y apestaba realmente. El calor -se alcanzaron los 45 grados- y la humedad de Texas se convirtieron en un protagonista más y crearon un ambiente único y nauseabundo porque añadieron cadáveres de animales como parte de la escenografía. Tras superar los contratiempos del rodaje, Hopper se topó con el organismo que debía dar la calificación de la película, la Motion Picture Association (MPA). Durante el montaje evitó mostrar el uso excesivo de la sangre, desnudos y lenguaje grosero para así poder obtener la PG, que hacía apto el contenido para menores bajo la supervisión de un adulto. No lo consiguió y se le otorgó una X, que lo prohibía para menores de 21 años. Al final, logró que la calificación fuera una R, es decir restringido a menores de 17 años. Pese a todo, fue prohibida en países como el Reino Unido y Australia

Tobe Hopper, que venía de dirigir varios documentales y quería reconducir su carrera para triunfar en Hollywood, escribió el guion junto a Kim Henkel. El director, para añadir morbo durante la promoción de la película, comentaba que los hechos habían sucedido realmente. Lo cierto es que no acontecieron tal como los relató, pero hay un poso de realismo. El realizador tuvo presente el caso de Elmer Wayne Henley Jr., un joven de 18 años condenado a un siglo prisión por participar en los crímenes cometidos por Dean Corll, que incluían secuestro, violación, tortura y asesinato de al menos 28 niños y adolescentes. El año que viene volverá a pedir la libertad condicional.

Las atrocidades cometidas por Ed Gein en los años 50 también sirvieron de inspiración a Hopper, al igual que se ve su influencia en películas como 'Psicosis' y 'El silencio de los corderos'. Fue un niño maltratado que, tras morir sus padres y su hermano, perdió la cabeza. Comenzó profanando tumbas para robar huesos y piel humana -Leatherface, como su nombre indica, llevaba una máscara hecha con este material- y en 1957 se le detuvo acusado de la muerte de dos mujeres, aunque se sospechaba que era el autor de varios asesinatos más. Tras dos juicios, fue declarado no culpable por su locura y recluido en un hospital psiquiátrico. Antes había confesado que tapizó muebles con piel humana, que también usó en una camiseta que lucía en casa, y que se había hecho un cinturón con pezones. Su casa fue destruida por un incendio causado, al parecer, por vecinos que temían que se convirtiera en un imán para turistas morbosos.

El escritor Joseph Lanza, en un libro que publicó tras el estreno de la película, explicó de dónde surgió uno de los elementos fundamentales de 'La matanza de Texas'. Asegura que durante unas navidades Tobe Hopper entró en una abarrotada ferretería: «Al ver un montón de sierras mecánicas en un expositor vertical, fantaseó con la idea de abrirse paso entre el enjambre de consumidores». El argumento es horror puro y puede parecer llena de tópicos, pero todavía hay quien busca lecturas subterráneas. La más obvia es entenderla como una metáfora del enfrentamiento entre el mundo urbano y el rural en Estados Unidos. La influencia de 'La matanza de Texas' es palpable en 'Halloween' y 'Viernes 13'. El propio Ridley Scott aseguró hace cinco años que «es muy difícil asustarme de verdad. Vi 'La matanza de Texas' cuando estaba preparando 'Alien' un sábado por la tarde en el estudio de la Fox, en un cine pequeño. Me dio un susto de muerte».

'La matanza de Texas' se convirtió en una franquicia en manos de Exurbia Films con cinco secuelas y un remake, además de un videojuego y varias historias gráficas. Doce años después del estreno de la original, Hopper volvió a dirigir la segunda parte, mucho más violenta y con críticas nada benevolentes. La siguiente de la saga fue 'Leatherface' (1990), dirigida por Jeff Burr, que tampoco fue bien recibida. En 1994 se estrenó 'The Texas Chainsaw Massacre: The Next Generation', protagonizada por unos jóvenes Renée Zellweger y Matthew McConaughey. El último acercamiento fue en 2022 cuando se produjo un 'reboot', disponible en Netflix. La original está en Amazon Prime.