El clan de los Ibarretxe llora a otro de sus miembros. Primero murió Javier Ibarretxe en 2014, a los 52 años, productor de las películas de una familia bilbaína que convirtió la empresa de suministros náuticos heredada del padre en teatro de operaciones de sus ... locuras. En 2018 se fue Josemi Ibarretxe, el más inquieto de los diez hermanos, que trataron de prolongar el placer y la comunión que sentían de críos, cuando reían a carcajadas con las películas de los hermanos Marx, Chaplin y Buster Keaton. Este 26 de enero, ha fallecido Esteban Ibarretxe, que firmó como director o codirector los tres largometrajes de la factoría Ibarretxe: 'Solo se muere dos veces' (1997), 'Sabotage!' (2000) y 'Un mundo casi perfecto' (2011).
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Tenía 66 años y llevaba 19 días en coma en el Hospital de Urduliz tras sufrir una parada cardiorrespiratoria y una neumonía. «Esteban se ha reunido con sus hermanos, a los que echaba mucho en falta. La muerte de Josemi la llevó muy mal», llora el productor Eduardo Carneros. Esteban Ibarretxe delegaba en Javier y en Josemi tratar con los medios, no le gustaba figurar. A cambio, «era el que más mandaba en el set», apunta Carneros. Primero trató de seguir la tradición familiar –el padre era capitán de barco– y recorrió el mundo como «piloto liberiano de la marina mercante», como le gustaba decir. También estudió Filología anglo-germánica en la Universidad de Deusto, pero el veneno del cine pudo más y en 1994 ya escribe y rueda cortos junto a sus hermanos.
Del piso familiar de Las Arenas que sirvió como oficina en sus inicios hasta Hollywood gracias a '7:35 de la mañana', el cortometraje de Nacho Vigalondo nominado al Oscar en 2005 y producido por la compañía familiar. Ya establecidos en Alameda Mazarredo, el clan debutó en el largo en 1996 con 'Solo se muere dos veces', una delirante comedia con Álex Angulo y Santiago Segura, protagonizada por un actor encasillado en papeles de zombi... precisamente porque era un zombi.
Tres años más tarde, los bilbaínos afrontaron el proyecto más ambicioso de su carrera, 'Sabotage', una comedia de época ambientada en Waterloo con David Suchet como Napoleón y Stephen Fry de Wellington. El productor vitoriano Iñaki Núñez la vendió como una carísima epopeya (costó casi 3 millones de euros), lo que no le hizo ningún favor. Medio millar de figurantes llegaron a reunirse en las campas de Zuia para recrear la histórica batalla.
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Los Ibarretxe tardarían doce años en volver a dirigir tras el pinchazo en taquilla de 'Sabotage!'. Presentada en el festival de Málaga de 2011, 'Un mundo casi perfecto' era una comedia de atracos «política y socialmente incorrecta, y por ello mismo doblemente necesaria», justificaban sus autores. Soltero, apegado a su familia sobre todas las cosas, Esteban Ibarretxe andaba ilusionado con un proyecto sobre balleneros vascos en Islandia en el que también participa el director Baltasar Kormákur. «Tenía una humanidad muy grande», recuerda Edu Carneros. «Confortaba a todo el mundo con sus abrazos inefables».
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