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La primera edición del festival del festival de cortos ICOFF-Gasteiz ha atestiguado el buen estado de forma del cine vasco. Con el zoom en el talento más próximo de un certamen internacional, la primera edición dejó cinco premiados: 'Etxean', de Mikel Rueda (mejor corto ... de ficción); con 'Los días que (nunca) fueron', de Kevin Iglesias y Pedro Rivero (mejor corto de animación), 'La habitación de Ion', de María Castillo (sección Eusko-Araba), 'Tula', de Bea Silva (mejor corto alavés y favorita del público) ; y 'Hormak', de Mikel Uralde (mejor corto en euskera). Además de mostrar en los títulos de crédito algunos de los nombres propios que ganan peso en el presente y futuro del audiovisual, hubo un trabajo que emocionó especialmente a los asistentes. En su caso, por echar la vista atrás y recordar a Ion Gabella, el actor vitoriano que falleció en un accidente de moto en Zumaia hace 20 años.
Jugando con la cuarta pared, con el recuerdo y una atmósfera de ensueño, 'La habitación de Ion', puede considerarse multipremiada en el festival ICOFF, además de uno de las proyecciones más lacrimógenas. «Ya era un premio ver el corto con la familia y amigos en una sala en Vitoria, así que cuando ha llegado el premio… ha sido una explosión de alegría maravillosa. Nos hemos dado el permiso para abrazarnos, saltar y llorar», cuenta María Castillo, directoral corto que recuerda al intérprete vitoriano, secundario de lujo en películas como 'Acción mutante', de Álex de la Iglesia; 'Todo por la pasta', de Enrique Urbizu o 'Salto al vacío', de Daniel Calparsoro. «Su espíritu sigue en nuestras vidas, dándonos energía y alegría», apunta la realizadora cántabra. Empezó a interesarse más a fondo en su figura cuando formó la productora Estudio Clementine junto a Patxi Gabella, hermano del actor. «Siempre había un 'dedicado a Ion' al principio de nuestros cortos. Un día Patxi dijo: en lugar de dedicarle los cortos a Ion ¿por qué no hacemos uno hablando de él?». Aquella fue la mecha que encendió este trabajo, así como un largometraje titulado 'Ion, pasión y rebeldía'.
Las voces de Gorka Aguinagalde, Juanma Bajo Ulloa, Karra Elejalde, Bingen Mendizabal, José Luis Rebordinos, Mauro Entrialgo o Unax Ugalde se escuchan en un corto que recupera algunas de sus intervenciones y ha arrancado su recorrido por festivales en la capital alavesa. «Al escuchar a sus compañeros de profesión, directores, amigos y personas relacionadas con el cine y el teatro contar cómo fue conocer a Ion Gabella, me asaltaron unas ganas irrefrenables de acercarme a él desde la profesión que compartimos: la interpretación. Yo no le conocía y siempre he lamentado mucho esto. Me hubiera encantado conocerle y trabajar con él», cuenta Castillo. En algo menos de veinte minutos aparece esa pregunta tan frecuente tras la pérdida: cómo habría continuado su carrera sin aquel trágico suceso. En la película se ve a Castillo rodeada de los guiones, recortes de prensa y libros –varios de Peter Brook– a los que Gabella recurría para preparar sus trabajos. Todos destacan su talento, a pesar de que era un actor sin formación.
En esta producción también se recuerda ese «punk de butaca» de la compañía vitoriana Sobradún, un soplo de aire fresco en la escena de mediados de los noventa que logró llevar a las salas a público que habitualmente no acudía al teatro. «Tenían un público fiel que esperaba su próximo estreno como quien espera el próximo disco de su grupo de música favorito. Fue un fenómeno muy peculiar. Eran muy divertidos, políticamente incorrectos, plásticos, originales y muy de lo que ocurría en el momento. Ahora no hay nada así. Es una pena. Nos tienen atemorizados». Todavía hay quienes recuerdan a la pareja Aguinagalde-Gabella con una sonrisa. Aguinagalde fue uno de los presentes en el festival. También otros amigos como Bajo Ulloa, que colaboró de manera muy generosa en la producción y fue el primero en dirigirlo en 'A kien puede interesar' (1986). Dos años más tarde protagonizó 'Akixo', un corto esencial que recorría el casco viejo portando el desencanto de una generación. «Tenía el cine en la cara», dice Elejalde al inicio del corto. ¿Los adjetivos más repetidos? «Era rebelde, libre, incondicional», resuelve Castillo.
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