Estíbaliz Urresola: «Cada vez más mujeres abren camino y son referentes para otras cineastas»

– ¿Cómo recibió la nominación en la Semana de la Crítica de Cannes?

– Pues con una alegría inmensa, al principio supimos que estábamos preseleccionadas y fue inesperado, lo compartimos con mucho pudor entre nosotras porque era secreta y pensábamos que no pasaríamos el segundo filtro. No podíamos compartir nuestra alegría y cuando nos lo anunciaron fue una explosión de alegría.

– ¿Conocía otros cortos que han competido en el certamen?

– Sabía que Laura Ferrés fue seleccionada con 'Los desheredados', un corto que me resultó muy interesante, con un planteamiento muy interesante que pone el foco en gente que se jubila, un momento de la vida que también aparece en 'Cuerdas', con mucha gente jubilada o cerca de ello. Y otro corto que me gustó muchísimo, 'Forastera', de Lucía Aleñar, pasó por allí. La Semana de la Crítica ha programado mucho buen cine y de las nuevas directoras, por lo que es un honor estar ahí.

– En la sinopsis de 'Cuerdas' se dice que es un relato que combina una base documental a través de personajes y localizaciones reales. ¿Cuál es esa base documental?

– Toda la parte de entrevistas que he hecho con personas reales me han ayudado a nutrir el guion y crear con detalles en los personajes. Al hacerlo de una parte ficcional me permitía aglutinar más ideas y abordar más capas. La formación coral que se muestra es ficticia, pero está formada por dos grupos reales de la zona, –el grupo de teatro Juego de Damas y la Coral de Mujeres de Sanfuente–. Se mezcla mucha verdad, mucha ficción y los personajes que intervienen hablan por sí mismos.

– La protagonista es Begoña Suárez, 91 años, que da vida a Rita, una de las mujeres de la coral. No había hecho cine antes. ¿Fue un flechazo?

– Fue un flechazo, en la fase de documentación me la presentaron como presidenta de la plataforma Encartaciones Vivas. Me encontré con una mujer muy activa y la entrevista fue derivando a temas más íntimos y personales. Era muy fácil comunicarme con ella y es una de las cosas que más señal me puede dar para elegir un personaje. Ella me decía que a mí no me metas en berenjenales (risas). Tenía miedo de no saber cómo afrontar el rodaje, pero teníamos que confiar.

– Entre los temas que se abordan aparece el ecologismo, las luchas vecinales...

– La coral se erige como un grupo de mujeres que va más allá del ocio, un lugar de encuentro y empoderamiento para muchas mujeres. El corto habla mucho de la sororidad y del individuo dentro del colectivo. La coral me funciona como una microsociedad en la que hay distintas voces que debaten si aceptar un patrocinio de una empresa que da mucho trabajo, pero pone en riesgo la salud ambiental.

– Llega a Cannes en plena preproducción de su largometraje '20.000 especies de abejas', una película que cuenta la historia de una niña trans. ¿Habrá escenarios alaveses?

– Sí, empezamos en un mes y estará muy presente Álava. Una gran parte de los escenarios reales estará en Álava, sobre todo en Llodio, pero también en Barambio y Orozco.

– En el Marché du Film de Cannes también estarán presentes María Elorza o Ane Berriotxoa. Se repite eso de que se vive un buen momento, no solo del cine vasco, para las realizadoras.

– Pienso que tiene ver con un trabajo de un montón de años. Se están viendo los resultados ahora que son la recogida de un trabajo prolongado gracias a una dinámica que se retroalimenta. Cuanto más cine hacemos más confianza ganamos, el sector y las instituciones confían más y al mismo tiempo surgen más referentes de mujeres que abren camino y ofrecen ese espejo para otras futuras cineastas.

– Uno de los fenómenos del año es 'Alcarrás', de Carla Simón, ganadora del Oso de Oro en Berlín.

– Me encantó y encuentro que tiene muchas capas y aspectos que me interesan mucho, como esa coralidad, esa dimensión en la que la vivencia personal y la lucha social es importante.

– También con una dirección de niños en el reparto, al igual que ocurrirá en '20.000 especies de abejas'

- Sí, y también son actores no profesionales. Hay muchos puntos en común que me interesan.

– En la última entrevista a este periódico contó que de pequeña lo que más hacías era dibujar y escribir. ¿Lo sigue compatibilizando con el cine?

– Me sirve mucho para retomar la parte más intima de la creación. La escritura del guion es algo más solitaria, pero todas las fases posteriores son grupales, de mover a grandes equipos y me gusta tener un espacio para conectar con la pintura.Es algo que tengo que tengo que intentar preservar.