Crítica de 'Toscana' (2022): Un barista armado

El título de esta comedia negra hace referencia a un bar la mar de peculiar, donde se junta un extraño grupo, incluido un exbarista que busca el finiquito que se le debe. Escopeta en ristre, exige la pasta de forma inmediata. Toda una serie de estrambóticos personajes son los protagonistas de 'Toscana', firmada por el actor, guionista y director Pau Durà. Se trata de un mejunje prefabricado, sin acabar de resultar desternillante en su repetitivo despliegue de recursos e intenciones cómicas. Por otra parte, a Pau Durà le falta el ciclón cómico de un John Cleese, capaz de propulsar cualquier situacion potencialmente divertida hasta la estratosfera de lo grotesco.

'Toscana' es un enredo calcado de otros muchos de sus congéneres, realizado en un benigno estado de complicidad entre el director y su reparto, donde los protagonistas modulan y dosifican recursos cómicos, energía y mala uva, pero que el crítico no puede evitar contemplarla como una oportunidad perdida. Con algo del espíritu de un Berlanga o un Álex de la Iglesia, esta comedieta lastra sus ocasionales aciertos con el peso de lo malogrado. Así que en otras manos esta misma materia narrativa, con sus recovecos populares, hubiese dado para una competente película de género, capaz de sugerir cómo se vería la luz de una vela cuando está apagada.