Crítica de 'Por los pelos' (2022): Ahí arriba

Del equipo que nos trajo 'Villaviciosa de al lado', y antes 'Fuera de carta', 'Perdiendo el norte' o 'Que se mueran los feos', ahora nos llega esta comedia a tres bandas donde la alopecia es el frágil estribo sobre el que se sostiene un tierno ... discurso sobre la autoestima y la moda del postureo. Nadie puede darles lecciones de sitcom a los guionistas de Nacho G. Velilla (que entre otras firmaron las biblias de '7 vidas' y su spin off), pero quizá sí que ha llegado el momento de dejar en barbecho un modelo que ya arrastraba dejes del humor carpetovetónico de los años 70, aunque entre sus mayores conquistas esté Mauricio Colmenero, un personaje paródico que paradójicamente ha sido abrazado como referente por el ala más casposa de la derecha sociológica española. Sin contemporizar lo más mínimo, y ajenos a los cantos de sirena de la política de la corrección, los autores de 'Por los pelos' pulen su arsenal de viejos chistes y situaciones previsibles para recolocarlos en un nuevo escenario, el de esa Estambul que es la nueva Meca del injerto capilar. Si no se nota en exceso que estamos viendo la misma comedia de siempre es porque Velilla exprime el ritmo apoyándose en el buen trabajo del director de fotografía David Omedes, y sabe administrar un banquillo con secundarios que ofrecen buenos minutos de refresco.