Crítica de 'Memorias de París' (2022): Recordar el tiroteo

Ocurre a veces que casi coinciden en el tiempo dos películas sobre un mismo tema. Ha ocurrido este año con los atentados yihadistas de 2015 en París, tratados por Isaki Lacuesta en 'Un año, una noche' y por Alice Winocour en 'Memorias de París' ('Revoir Paris' en el título original). La de Lacuesta, que ha aguantado poco en la cartelera pese a ser uno de los grandes títulos de la temporada, es más ancha, compleja, cercana, realista. La de Winocour resulta algo, digamos, peliculera, pero tiene varios atractivos, otro esquema y de algún modo complementa a 'Un año, una noche'.

Si en aquella seguíamos el proceso de destrucción de una pareja mientras intenta superar el trauma de haber sufrido el tiroteo de Bataclán, en 'Memorias de París' tenemos a una mujer sola, aunque tenga pareja, que trata de rehacerse tras haber sobrevivido al atentado en un 'bristrot' parisino el mismo día. Como consecuencia del trauma, a ella se le han borrado los recuerdos de aquella noche. La película juega un poco a la intriga: ¿qué le pasó? ¿se encerró en el baño y no dejó entrar a otras víctimas o estuvo escondida con alguien que le dio la mano y ánimos en un almacén? Quizás a un tema de por si dramático no le hagan falta estos juegos, pero lo cierto es que a Winocour le funcionan, igual que la búsqueda de la posible persona que le apoyó.

En todo caso, su contacto con otras víctimas y el abanico de sentimientos de estas (la hija que no viajó a París con sus padres asesinados, la víctima que le acusa de haberse encerrado insolidariamente, la peculiar vitalidad del hombre al que operan de las piernas) tiene mayor interés que la parte convencional, de misterio, búsqueda y amor, de la película. Pero todos los aspectos funcionan gracias a la humanidad de Virginie Efira, una de las mejores actrices del momento.