Por lo general adicto a las intrigas cruzadas, el escritor Georges Simenon obliga al lector a seguir el rastro de un montón de personajes, asociar ideas, tomar atajos e interpretar signos para que saquemos nuestras propias conclusiones. Lo mismo ocurre ahora con 'Maigret', película centrada en las pesquisas del mítico inspector de la policía judicial francesa, en relación con un joven delincuente, que posee un parecido asombroso con un hombre asesinado. La trama se ambienta en el Paris de los años 50, filmada por el autor de 'El marido de la peluquera' (1990) con un tono triste, propio de los amores incumplidos, de los ideales deshechos o de la melancolía de envejecer.

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El personaje le va como un guante a Gérard Depardieu, deambulando por una nocturna ciudad de la luz, que presta un tono crepuscular a las imágenes, nutridas asimismo de cierto humanismo. Un 'polar' que funde diversos elementos, ya que el argumento fluye en fragmentos entrecortados que pertenecen a sistemas distintos, de modo que la conciencia ilumina las sucesivas secuencias, igual que el todo ilumina un pedazo de nube. Dice el proverbio que el maestro construye una casa con un madero y un montón de piedras. El genio no. El genio imagina un palacio y la madera y las piedras se afanan por complacerle. Es lo que ha hecho Leconte con este considerable 'Maigret'.

Maigret

  • Francia. 2022. 89 m. (7). Intriga.

  • Director: Patrice Leconte.

  • Intérpretes: Gérard Depardieu, Aurore Clément, Mélanie Bernier.

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