Crítica de 'X' (2022): Porno y Tánatos

A fuego lento, a fuego muy muy lento, así está cocinada la tensión del último largometraje de Ti West, una película que acaba entrando casi a regañadientes en la etiqueta del subgénero slasher para desesperación de quienes acudan a ella buscando un festival urgente de sangre y amputaciones que, aunque termina llegando, lo hace para apuntalar el discurso de la película y no en su nombre. Esta estrategia es parte de un juego de vagas referencias con las que el director de 'The Innkeepers' (su obra maestra) tienta el subconsciente de los espectadores de 'La matanza de Texas' y de la no tan conocida -pero no menos interesante- 'Trampa para turistas' (David Schmoeller, 1979).

Años 70, una furgoneta en la que viaja un grupo de actores y dos técnicos a sueldo de un jeta buscavidas -que sueña con forrarse con la filmación de una película porno en la estela de super éxitos como 'Debbie Does Dallas'- llega hasta los dominios de una pareja de ancianos en una zona rural de Texas. Como era de esperar, el sexo y el deseo llaman a la violencia, pero Ti West subvierte el sustrato moral de gran parte del cine de terror setentero con un movimiento sorprendente que da pie a un par de secuencias realmente perturbadoras. Y para remate, el viaje heroico de la final girl protagonista recorre el sentido opuesto al camino de expiación de sus pecados. No se puede pedir más.