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Solo dos de los siete directores de los cortometrajes vascos a concurso en Zinebi se han presentado a defenderlos en el certamen bilbaíno, que arranca este viernes su 65 edición. Tampoco vendrá el Mikeldi de Honor Frederick Wiseman, 93 años, «por un empeoramiento repentino de ... su estado de salud». La ausencia de los realizadores locales resulta llamativa porque algunos de estos filmes se proyectan por primera vez ante el público. Es el caso de 'Betiko gaua' (La noche eterna), el salto a la dirección del actor Eneko Sagardoy, que ha confiado en Miren Gaztañaga y Elena Irureta para una intrigante y sugerente historia nocturna rodada en euskera.
Una mujer persigue a otra en un coche hasta alcanzarla en una gasolinera. Es su madre, que se ha ido de casa sin dar ninguna explicación. «Tienes una buena vida», le dice la hija. «Por eso me voy», responde la fugada. Un inesperado giro final que da la vuelta al relato redondea este pequeño drama familiar que, pese a su sencillez, posee empaque de producción y cuenta con música de Aranzazu Calleja y Maite Arroitajauregi. El ganador del Goya por 'Handia' no ha podido venir a Bilbao (acaba de rodar durante ocho meses con Anthony Hopkins 'Those About to Die', una serie sobre gladiadores romanos dirigida por Roland Emmerich), pero ha enviado un vídeo de agradecimiento.
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David Pérez Sañudo sí que se acercó a Zinebi para justificar que regrese al cortometraje después de su exitoso debut en el largometraje con 'Ane', que en los Goya de hace un par de años se llevó tres Goyas. «Esa pregunta no se la harías a Sergi Pàmies o a Quim Monzó (autores de relatos breves)», argumenta el director bilbaíno afincado en Vitoria, que afronta el formato del corto «con la máxima prudencia e ilusión, como si fuera mi primer trabajo». 'Agrio' toma su nombre de un merengue elaborado en una pastelería burgalesa que regentan dos hermanas y que ha llevado a un niño al hospital.
«Es una historia sencilla que explora un dilema moral, entre lo sentimental y lo legal», resume Pérez Sañudo, que ha tenido el acierto de convertir en hermanas a dos de las actrices vascas más ocupadas, que además se dan un aire: Itziar Ituño y Patricia López Arnaiz. 'Agrio' concluye asimismo con una escena de atracón de merengues que provoca la misma ansiedad que la apuesta de Paul Newman en 'La leyenda del indomable', presumiendo de que era capaz de zamparse 50 huevos cocidos.
El tercer corto más potable de la selección ofrece bonitos paisajes de San Juan de Luz y Ciboure. 'Ximinoa' (El mono) está dirigido por la realizadora labortana Itziar Leemans y sigue durante un verano a una chica que trabaja como niñera de una familia rica, de esas que dejan París cuando llega el calor para disfrutar del País vascofrancés en casoplones heredados. Harta de su madre, la protagonista acaricia la idea de abandonar un ambiente provinciano y vivir en la gran capital. Lo más interesante del corto, hablado en francés y euskera, es el sutil análisis de un conflicto de clase social.
Los cuatro cortos restantes se pueden adscribir al género del videoarte y la experimentación, que Zinebi acostumbra a elegir cada año. Con todo, también pueden llevarse el Gran Premio del festival (7.000 euros), el Gran Premio del Cine Vasco (6.000 euros), el Gran Premio del Cine Español (6.000 euros), los Mikeldi en las categorías de ficción y animación (5.000 euros) y el Premio del Público (3.000 euros).
'La mujer ilustrada' puede verse como un complemento de 'El sueño de la sultana', el largometraje de animación con el que Isabel Herguera compitió en el pasado Festival de San Sebastián. Ocho minutos de collages artesanales que narran los deseos y quimeras de cuatro mujeres en la India, a las que la directora donostiarra conoció en un taller de Mehndi, el ritual de tatuaje temporal con henna que prepara a las novias. Entre sus sueños, un parlamento de mujeres para arreglar los desaguisasos de los hombres.
'Recuerdos de una casa vacía' rebosa grano en su imagen en 8 milímetros y vídeo digital, obra del cineasta portugués Bruno Carnide. Una mujer que abandonó a su familia lee las cartas que envió a su marido. «Hablo de cómo los recuerdos se relacionan con las personas de forma diferente», justificó su autor en un vídeo. Por su parte, Laida Lertxundi concibe 'In a Nearby Field' (En una esfera cercana) como una 'home movie' en la que mostrar su cotidianidad junto al escritor Ren Ebel y su hija de 4 años. Por momentos, parece un sketch de Pantomima Full sobre una pareja de artistas.
Finalmente, 'Todo lo cubre la sal' es el primer trabajo de la bilbaína Joana Moya y nace de una imagen que se le quedó grabada de cría: las rederas en el puerto de Santoña. La dureza de los trabajos de la mar vertebra esta pieza «con una parte observacional y otra onírica» inundada de pretenciosidad.
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