«Corre la idea de que hacer reír no es serio y que una comedia no es para un Goya»

«Me he recorrido todos los todos los aeropuertos de España». Ana Murugarren (1965, Marcilla) no habla por gusto de despegues y vuelos, sino del decorado de 'García y García', una comedia alocada en torno a la confusión de una empresa aerolínea. En la película dos hombres con el mismo nombre, Javier García, acaban intercambiando sus papeles por casualidad en un encargo de una línea 'low cost' en horas bajas. Uno es un mecánico en paro (Pepe Viyuela) y el otro, un asesor internacional de prestigio (José Mota). La cinta se proyectará el sábado en el cierre de la Semana del Cine Vasco, ciclo organizado por la Fundación Vital, antes de la gala de clausura y la entrega de premios.

– ¿Se ha encontrado alguna vez a alguien con su mismo nombre y con quien cambiar el trabajo?

– No, no me han confundido nunca (risas). Si alguna vez pasa, espero que sea como le pasa a Viyuela en la película, que me lleve a un sitio mejor.

– Viendo el reparto uno imagina que se lo pasaron bien durante el rodaje.

– Nos reímos mucho. Son una maravilla como personas y actores y los elegí por su psicomotricidad. Son como culebrillas y me venían muy bien.En rodaje la circunstancia de la pandemia hizo que la preparación parase cuando nos confinaron. Se habló de cambiar el guion y quitar figuración, pero finalmente se dijo que se haría todo como teníamos pensado e incluso esos aviones llenos de gente gracias a contar con la tremenda colaboración del aeropuerto de Teruel. Es una comedia no muy habitual en el cine español porque tiene acción, accidentes, persecuciones.

– Y no solo los protagonistas, hay un gran número de rostros conocidos como Areces, Martita de Graná…

– Sí, y los vascos Naiara Arnedo, que está espectacular como una Cruella de Vil loca, y vendrá el sábado a la presentación en Vitoria; Mikel Losada, que es mi muso; Maribel Salas, Ylenia Baglietto, Lander Otaola, otro de mis fijos… Ha sido un gran placer rodar.

– ¿Qué lazos le unen a Vitoria? En otras ocasiones también ha estado presente con 'Tres mentiras', 'La dama guerrera' y'La higuera de los bastardos'.

– Es un festival longevo y querido. Siempre ha sido un escaparate y siempre que me han llamado he ido. Además es muy agradecido de público porque se queda a los coloquios y lo hace muy entrañable. Disfrutaremos mucho escuchando al público y viéndolo reírse. Las comedias son de lo más agradecidas. Todo el mundo dice que es muy complicado hacer comedia, pero luego en cuestión de premios de críticas se le considera un género menor y cosa de risa. Estamos en esa tesitura, 'García y García' fue 'top ten' en cines, se ha estrenado en Amazon y ha sido un éxito total con diez días entre lo más visto.

– Siendo las más taquilleras algunas como 'A todo tren', 'Operación Camarón' o 'García y García'. ¿Por qué cree que la comedia tiene tan poco recorrido en premios como los Goya?

– Creo que hay una cierta idea generalizada de que hacer reír no es un trabajo serio y lo que haces es una comedieta, no se valora. En Hollywood no pasa, 'La fiera de mi niña' o 'Ciudadano Kane' tienen la misma consideración que el resto de películas. No existe ese baremo allí, a nadie se le ocurre hacerlo con 'El Guateque' o 'No me chilles que no te veo'. Hacer reír es complicado, es más fácil hacer llorar. Además, en España hay muy buenos intérpretes que hacen comedia. Y rompo una lanza por mi amigo Resines, que también sale en 'García y García'. Estuvimos muy preocupados por él y por Jordi Sanchez, que también participa. De hecho, Resines demostró que no solo sabía hacer comedia con 'Todo por la pasta' (1991), de Urbizu.

– Fue ayudante de dirección en esa película.

– Estábamos todos. Todo empezó en Bilbao con una gente liderada por Joaquín Trincado, productor y que tiraba del carro; Luis Marías, Pablo Berger, Álex de la Iglesia. Hacíamos un trabajo muy en equipo.

– En ese clásico de Urbizu aparece la antigua estación de autobuses de Vitoria.

–Sí, era maravillosa aquella estación. En la escena se abría una puerta en una calle de San Francisco… y aparecían allí, en Vitoria. Son cosas del cine, como que la tasca gallega de 'García y García' está en Teruel.

– En los últimos años se habla continuamente de la crisis en las salas de cine. ¿Esta vez la pandemia puede ser una estocada definitiva?

– Esperemos que no, cambian los hábitos de consumo y cada vez se recurre más al 'entertainment'. Suelen ser familias o grupos de amigos los que más acuden y por eso tiene tanto éxito las comedias españolas. Es verdad que a la gente le esá costando volver, más que al teatro.

– ¿Las plataformas suponen un apoyo importante para hacer cine?

– Sí, aunque el futuro es confuso. Pero han dado un espaldarazo sobre todo a las series de ficción española y eso es bueno para todos (técnicos, actores...). En el cine ahora mismo es una pata importante junto al apoyo de las televisiones tradicionales.