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Rodar en Euskadi es tendencia. Hay urbes, pueblos, bosques, mar y montaña. Entornos ideales para contar historias de toda índole. Únicamente la climatología no acompaña ... siempre a este marco incomparable para la ficción, lo que supone tener que cambiar el plan de rodaje, a interior o exterior, dependiendo de lo que azote la lluvia, un auténtico quebradero de cabeza para la producción.
Así lo han vivido en 'Cinco lobitos', ópera prima de la cineasta bilbaína Alauda Ruiz de Azúa. El equipo ha podido aprovechar la belleza de Urdaibai exprimiendo tres días de sol en Mundaka, en pleno verano otoñal. Tras iniciar su andadura en Madrid, donde el calor apretaba en exceso, la iniciativa continúa durante varias semanas en Bizkaia, concretamente en Bakio, en una casona de dos pisos rodeada de árboles que acoge el grueso de la historia de Amaia, una joven que acaba de ser madre y decide mudarse a casa de sus padres, en un pueblo costero del norte, para compartir la responsabilidad de cuidar a su bebé. La luminosa Laia Costa, protagonista de la serie 'Foodie Love', encarna a la protagonista, quien «no deja de ser hija», según señala la directora, licenciada en Filología Inglesa por la Universidad de Deusto y Diplomada en Dirección de Cine en la ECAM. Susi Sánchez, sensacional en 'La enfermedad de domingo', por cuyo trabajo se llevó un Goya, completa el reparto junto al inefable Ramón Barea y Mikel Bustamente, al que también veremos en 'Maixabel'.
Laia Costa está encantada con rodar en Bizkaia. «Estamos fresquitos y soy una gran amante de la gastronomía y los paisajes que tenéis aquí», señala. «Toda esta zona es preciosa y se agradece. Es muy bonito poder dar un paseo para desconectar después del rodaje». Barea está más que acostumbrado a rodar por estos pagos y da la clave de la película en una pausa del rodaje. «Se han hecho muchas películas sobre la maternidad, pero no desde la maternidad», subraya inteligente. «Hay un punto de vista femenino que no suele ser habitual, una mirada muy especial». 'Cinco lobitos' se preocupa también por hablar de los cuidados, físicos y emocionales, y plantea cuestiones sobre una generación que no termina de cortar su cordón umbilical. Quién cuida a quién, a medida que vamos creciendo, interesa a Ruiz de Azúa, habitual realizadora de publicidad que ha ganado numerosos premios con cortometrajes como 'Clases particulares', 'Lo importante' o 'Nena'. Suyo es también el guión, con el cual participó en la segunda edición de La Incubadora de la ECAM. Su debut está producido «desde el cariño», insiste. De hecho, puede contar con su casting soñado. «Puse tres nombres ambiciosos en el dossier del proyecto y se apuntaron. A medida que iba escribiendo el guion, tenía al reparto en mente».
«Es un proyecto muy mágico para mi porque la primera vez que conocí a la directora, estaba embarazada de tres meses», cuenta Acosta. «Hay un paralelismo con mi personaje, que vive precisamente su primer año de maternidad. La historia me gustó mucho y ofrece un punto de vista diferente sobre temáticas que no siempre se tratan así, o rara vez». «Si hubiese un casting de dirección que hiciesen los actores, ficharía a esta mujer como directora», resalta Barea, ilusionado con el rodaje. «Me convenció mucho el guión, escrito por ella. La posibilidad de trabajar con gente nueva me busca, me llega. Es muy saludable, me encanta que me dirijan y que haya complicidad. Es una película llena de pequeños matices. Tiene también mucho peso lo que no se cuenta pero está ahí». A diferencia del veterano intérprete vasco, un genio frente a la cámara y sobre las tablas, Mikel Bustamante no estaba en el reparto inicial. «Tuve que pasar tres pruebas de casting», relata. «Fue duro, pero ha merecido la pena». Rodar con bebés no es habitual y aquí están firmando un máster.
«A veces ensayamos con un muñeco. Estás más tranquilo, pero en el momento en el cual coges al bebé, todo se va al carajo. Estás atendiéndolo, fijándote en él y todo sale de manera natural», continúa Bustamante. «Es instinto biológico. Mi personaje es un padre algo ausente y torpón, con lo cual me va bien porque no soy padre, ¡estoy entrenándome!». Con distribución de BTeam Pictures, 'Cinco lobitos' está coproducida por Encanta Films, Sayaka Producciones y Buena Pinta Media, con producción ejecutiva de Marisa Fdez. Armenteros, Nahikari Ipiña, Manuel Calvo y Sandra Hermida. Con la fotografía a cargo del también vasco Jon D. Domínguez, la banda sonora irá formada por Aran Calleja, ganadora un Goya por 'Akelarre'. «Hay vértigo, alegría y descubrimiento», puntualiza Ruiz de Azúa sobre el momento que está viviendo, a dos semanas de finalizar la extraordinaria génesis de 'Cinco lobitos', próximamente en las salas de cine.
Ramón Barea es el intérprete más veterano de 'Cinco lobitos'. Estaba en el dossier del proyecto desde el principio, antes de que encontrase financiación. «Me llama la atención que en estos tiempos que corren, donde se convocan castings con una ligereza extraordinaria, y se forman colas inmensas, de repente te llaman y no hace falta que te vea la directora», narra con brillo en los ojos. «Eres la persona que buscan desde el principio. Una maravilla. Sentí como un flechazo con una directora que no conocía. Vi sus cortos y comprobé que tiene una sensibilidad muy especial. Los temas que toca, y cómo». Confiesa cómo «rodar con bebés no es complicado. He hecho pelis con niños que han sido una tortura, pero aquí está bien llevado el tema. Hay una naturalidad que da verdad a lo que va pasando. Los bebés están cómodos. A veces lloran, pero se espera un poco y ya está. Dan gestos que son una maravilla, se vuelven oro».
«A través de elementos cotidianos, la película propone reflexiones de peso», avanza Barea. «En los ensayos volcamos aciertos y errores personales. Como en un juego. Surgieron conflictos curiosos. A la directora le gusta jugar a probar cosas sin miedo. Así vas descubriendo al personaje, hacia dónde puede ir y hacia dónde no quieres que vaya. Me gusta mucho trabajar así, viendo cómo dirigir el personaje hacia el camino que quieres». Rostro indispensable de nuestro cine, le llama la atención, para bien, que se estén rodando tantas series y películas en el País Vasco. «Me encanta», confirma. «Se corre el riesgo de que las cosas se encarezcan a la hora de rodar, como pasa en Madrid, por ejemplo, pero es estupendo que Bilbao sea un plató de cine. Ya estamos cansados de ver Nueva York y otras ciudades. Hay que aprovechar el momento».
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