Los César franceses premian a Polanski como mejor director pese a las protestas feministas

El reconocimiento a Polanski indignó a las asociaciones feministas. Activistas se manifestaron se han manifestado hoy frente a la sala Pleyel, el lugar de la ceremonia de los César, con bengalas, pancartas, coreando eslóganes contra la «cultura de la violación» y «el patriarcado», y mostrando su solidaridad con «las víctimas de Polanski».

El cineasta, de 86 años, ya renunció en 2017 a presidir la ceremonia de entrega de los premios del cine galo por la presión de las feministas. «Lamento tomar esta decisión, la de no afrontar un tribunal de opinión autoproclamado», dijo este jueves el director, que se sentía «amenazado con un linchamiento público». Su decisión fue secundada por todo el equipo de su película, incluido su protagonista, el oscarizado actor Jean Dujardin.

El productor del filme, Alain Goldman, ha lamentado hoy la «escalada de declaraciones y de comportamientos inadecuados y violentos», apuntando en particular al ministro francés de Cultura. Franck Riester había dicho que sería una «mala señal para la toma de conciencia» sobre la violencia sexista que Polanski obtuviera el César al mejor director, aunque no vio inconveniente en que se llevara el de mejor película.