Cannes prohíbe los selfies

Aunque parezca un paseo espontáneo, en la ‘red carpet’ todo debe estar milimétricamente medido y pautado. Un ejército de asistentes guía a las estrellas y a los privilegiados reporteros que tienen el privilegio de conseguir un ‘sound bite’, una declaración de segundos en la valla que les separa del resto de los mortales. El todopoderoso director de Cannes, Thierry Fremaux, ya había expresado su hartazgo de los retrasos y tumultos ocasionados por los propios actores, que móvil en ristre se inmortalizan en selfies para alimentar sus redes sociales. Una práctica «ridícula y grotesca», según Fremaux, que en la próxima edición del festival, del 8 al 19 de mayo, estará absolutamente prohibida.

Hace tres años, Fremaux ya abominó en público de que las estrellas se pararan cada dos metros «para hacerse una foto de sí mismas». Su queja no tuvo eco, así que ahora no permitirá que nadie saque el móvil. «En la alfombra roja, la trivialidad y la ralentización provocada por el desorden que causa la práctica de los selfies perjudica la calidad de la subida de las escaleras y, por tanto, al festival en su globalidad», argumenta.

Otro cambio más trascendental en los 71 años de historia del festival es la eliminación de los pases de prensa matinales. Los periodistas ven las películas a competición a primera hora para poder así escribir sus crónicas. El estreno de gala con el equipo artístico, a las siete de la tarde y a las diez de la noche, llega cuando ya se sabe si la película es una maravilla o un pestiño. Para preservar ese carácter de estreno absoluto, los críticos dispondrán de una proyección al mismo tiempo que el pase de gala. Si es a las diez de la noche, las estrellas tendrán prioridad y la prensa, que ya ha puesto el grito en el cielo, deberá esperar al día siguiente. En definitiva, que no habrá selfies de famosos, pero sí tuits suyos vanagloriándose de haber visto una película antes que nadie.