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Alberto Moyano
San Sebastián
Martes, 21 de febrero 2023, 07:25
En primera instancia, la película 'Misión a Marte' es un trabajo de fin de máster para la Escuela de Cine Elías Querejeta de Tabakalera, en San Sebastián. En el plano argumental, «es el viaje entre Eibar y Verges, un pequeño pueblo del Bajo Ampurdá, que ... hacen mis tíos cuando se les encomienda la misión de ir a Marte. Ese viaje les llevará a encontrarse con su hermana, a lidiar con problemas de salud y a enfrentarse a la muerte», en palabras de su director, Amat Vallmajor del Pozo (Verges, 1996).
Y en último término, es también «una representación de mis tíos, como representantes de esa generación del punk vasco de los años ochenta y de esa idea de la paranoia en la que la realidad en la que se vive es distinta a la realidad que se cuenta». 'Misión a Marte' se vio dentro de la Semana de la Crítica de la Berlinale el pasado sábado y volverá a proyectarse el que viene. «Es una 'road movie' lisérgica y futurista», resume su director.
La película, rodada en blanco y negro y en 16 milímetros entre 2020 y 2021, está ambientada en un contexto postapocalípitico y pocos escenarios más apropiados para ese objetivo que las calles de Eibar, donde arranca la trama. La opera prima del realizador ganó el pasado año el Premio a la Mejor Película de la sección Latexos del Festival Internacional de Cine de Pontevedra-Novos Cinemas.
La cinta está protagonizada por los eibartarras Txomin del Pozo, Mila del Pozo y un Gerardo del Pozo que, al igual que su personaje, también estaba enfermo durante el rodaje. «De hecho, rodamos la película en dos tandas separadas por seis meses, ya que mi tío empeoró cuando le diagnosticaron otro cáncer. La realidad se coló en el guion, que iba a ser un poco más fantástico, pero la propia vida pasó a formar parte de los procesos de escritura y rodaje. Muchas de las cosas pueden parecen fantásticas, pero hay otras que son la realidad misma de lo que estábamos viviendo, capturada en ese momento», explica el realizador catalán.
Tras estudiar Comunicación Audiovisual en la Universidad Pompeu Fabra, Amat Vallmajor hizo el máster en Creación en la Elías Querejeta Zine Eskola, cuyo trabajo final es esta 'Misión a Marte'. Su estreno comercial en un puñado de salas está previsto para antes de verano. La película pasó por el Work in Progress del Zinemaldia de 2021, lo cual «fue una alegría porque nuestra película es muy pequeña, en el mejor de los sentidos, y nos abrió puertas incluso antes de estar terminada».
Cuando Vallmajor del Pozo tuvo que hacer un trabajo de fin de máster, optó por «escribir y rodar algo que me representara, sabiendo que no iba a decir ninguna tontería, aunque tenga puntos controvertidos. Y qué mejor que mi propia familia para hacer mi primera película».
Se puso manos a la obra, con un rodaje al que la pandemia le confirió algunas dificultades y también momentos divertidos. «Tuvo sus momentos cómicos y también, frustrantes, pero como al ser cinco pasábamos muy desapercibidos, pudimos eludir las restricciones». En este punto, recuerda que en el pantano de Yesa (Huesca) «nos paró unas cuantas veces la Guardia Civil. No nos pusieron problemas, pero tuvimos que explicarles qué estábamos haciendo en un coche con una cámara: 'Estamos rodando una película sobre unos punkis'. A lo que respondían: 'Sí, sí, procedan, procedan los artistas'».
Sobre las primeras escenas, que tienen lugar en Eibar, el director señala que conoce bien la localidad, ya que «todos los años visitaba a mi familia allí. Eibar es un sitio sumamente cinematográfico. Toda esa fama de que es el sitio más feo de España, no la veo. Lo dirán los que no han estado. Tú vas a Eibar y ves un sitio espectacular. Entiendo que tiene ese punto brutal y que no es Donostia, que es señorial, pero no creo que lo señorial sea necesariamente más bonito. Todos esos talleres abandonados le dan una estética muy especial, aunque es una cuestión de gustos».
La presencia de la música del grupo Hertzainak a lo largo de toda la película tampoco es casual. «Mi tío Gerardo 'Gene' estuvo en la fundación del grupo junto a Josu Zabala. Les hacía de 'pipa', de técnico de sonido, les escribió algunas canciones y, cuando se hicieron más profesionales, lo dejó y siguió su camino como maestro. Antes de grabar el primer disco, hicieron una maqueta que tenía mi tío y la quise meter porque tenía eso de grabación casera, sucia y artesanal que le venía muy bien a la película. Es como la película: se hizo cuando el grupo empezaba y con pocos medios», afirma Vallmajor.
En palabras de su director, la película tiene dos presupuestos: «El que me gasté haciéndola y el que debería haber tenido si todo el mundo hubiera cobrado como es debido. El primero es de entre 5.000 y 10.000 euros, casi todo empleado en comprar película de 16 milímetros, y que no es nada comparado con lo que hubiera tenido que gastar si la escuela no me hubiera dejado todo el material de rodaje; y el presupuesto que debería haber tenido sería unos 300.000 euros». Reconoce cierta «hipocresía por parte de uno mismo. Siempre me lleno la boca con la precariedad del mundo del cine y a favor de que la gente cobre dignamente y luego hago yo mi película con mis amigos y sin pagarles, más allá de cubrirles los gastos. Es la contradicción que tenemos algunos cineastas», lamenta el director catalán.
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