Crítica de 'Wilding, el regreso de la naturaleza' (2023): Animales paisajistas

Hay que salvar las tierras muertas. Las tierras ahogadas por fertilizantes y pesticidas. Y hay que salvarlas repoblándolas de animales casi extinguidos. animales que crean paisaje. Mariposas que se comen cardos malignos. Cerdos que bucean para pescar mejillones, castores capaces de recrear los meandros perdidos de los ríos.

Perfecto documental nada ñoño, nada rimbombante, nada románticoide, nada aniñado donde los animales no han sido humanizados y los seres humanos estamos presentados con algunas de nuestras luces y muchísimas de nuestras sombras, incluida la duda de si Charlie, décimo barón de Burrell, no será más que un aristócrata chiflado que colecciona insectos recogidos en las boñigas de las vacas y guarda buhos muertos en la nevera.

Sarcástica cada dos por tres, flemática hasta cuando los granjeros quieren emplumar tanto a Charlie como a Isabelle, es una película atrevida, muy bien construida y muy bien manejada.