Crítica de 'La virgen roja ' (2024): Mi hija Hildegart

La criatura que construye Najwa Nimri en esta película tiene un poder hipnótico de una sublime crueldad, de una suprema aspereza. Se convierte en icónica, un ser inquietantemente atractivo para el espectador, que se ve jalado hacia su proyecto de 'la mujer del futuro' como ... cuando los entes de las películas de terror te arrastran hacia pozos sin fondo. Aurora Carballeira, la madre Pigmalión, la que concibió a su hija planeando su destino desde que la parió, la que le hacía estudiar, bailar, jugar al tenis con fines tan revolucionarios como infernales, la que destruyó su obra cuando su obra cobró vida, la que defendió esa destrucción ante los tribunales de los hombres sabiendo que ni ella ni Hildegart pertenecían a este mundo. Aurora vuelve de las tinieblas para apoderarse de todos en esta espléndida película dirigida por alguien que no es solo la directora de 'La novia' o de 'Teresa' sino de 'El asfalto', la recuperación del clásico episodio de 'Historias para no dormir', aquella cumbre del horror creada por Ibáñez Serrador.