Crítica de Mari(dos) (2023): Chicos, algo pasa con Laura

Le han plantado los paréntesis en el título por la gracieta. Como pasa cuando padre no hay más que uno, pero ya van por dos, ahora ya son tres y seguro que llegarán a cuatro. Además, sin paréntesis habría parecido el filme de Cassavettes de 1970 y el desatino habría sido mucho bruto.

Vuelve la comedia española. La de larguísimo recorrido cinematográfico social, político y popular. Lucía Alemany es una directora que sabe lo que quiere y cómo hacerlo ayudada por buenos currelas del gremio peliculero tal que Josu Inchaustegi, ese bilbaíno que ha trabajado con Calparsoro yAmenábar, en la dirección fotográfica; Vanessa Garde, la primera mujer en dirigir a la muy sonada banda La Pamplonesa en sus 100 años de historia, como la compositora de la banda sonora; Eneko Lizarraga, el lasarterra productor de 'Way Down', en trabajos ejecutivos y dos guionistas bregados en comedias TV.

Lucía estrenó su linda y áspera 'La inocencia' en New Directors del Zinemaldia 2019. Pero lista como ella sola, sabe que el cine es un curro y que para filmar más pelis de autora debes, primero, hacer saltar la taquilla; respaldada por una corporación tal que Telecinco/Mediaset. Se entrega a ello con brío, buena mano (aunque a veces el guion pierda pie y la puesta en escena pase de muy solvente a menos solvente) y la ayuda de dos personajes hechos un lío porque no es solo que su mujer esté casada con ambos sino que... (hasta aquí puedo escribir porque si no destripo la secuela de 'Mari(dos)'. Seguirán siendo dos pero...).

A los 'coesposados' los interpretan Paco (hace de catalán, cosas oyeres, querido Sancho...) y un Alterio igualito al de la gran 'El cuarto pasajero'. No, no se quedan en calzoncillos como Landa, pero sí se la miden por ver quién la tiene más grande.