Hay películas que quizás no sean (ni pretendan serlo) perfectas, sin mácula, sin alguna que otra torcedura, sin un pequeño traspiés. Pero puestas a campeonar en un festival como lo hizo en el Zinemaldia esta de Martín-Calero; IsabelPeña; la directora de fotografía Constanza Sandoval ( ... cuyo trabajo en 'Camila saldrá de noche' tanto nos impactó); el compositor Olivier Arson (no olvidamos su música para 'As bestas') y Gabriel Gutiérrez (el diseñador de sonido), amén de la montadora Victoria Lammers (ha trabajadocon Oliver Stone), cuando reciben el premio a la Mejor Dirección a todos (excepto al crítico de 'La Jornada' que considera 'El llanto' una fallidísima película de horror) nos parece un galardón justo, preciso y bien aquilatado.

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El llanto

  • Dirección: Pedro Martín-Calero.

  • Guion: Isabel Peña, Martín-Calero.

  • Fotografía: Constanza Sandoval.

  • Música: Olivier Arson.

  • Intérpretes: Esther Expósito, Mathilde Olivier, Malena Villa.

  • Duración: 107 m.

¿Por qué? Por la cantidad de riesgos asumidos al realizarla. Por sus audacias narrativas y visuales. Por su actitud para con el espectador a quien deja sorprenderse por lo que le cuenta y por cómo se lo cuenta; al que abandona en un laberinto de asombrosa y estilizadísima planificación, al que con una puesta en escena exquisitamente perversa le habla de muchas cosas (de lo terribles que acostumbran a ser las relaciones de familia, amistad, amor, por ejemplo) mientras ese espectador cree que le están ofreciendo una de horror (que también).

Concha de Plata a la Mejor Dirección. Buen premio. Para una película quizás imperfecta, seguramente irregular, pero audaz y sorprendente, cuyo guion casi nunca hace el giro que esperas, dejándote mirando desconcertado, inquieto, intrigado a la pantalla.

Plata de ley para un pedazo de cine rotundamente atmosférico. Tiene grietas, pero va al límite. Lo rebasa. Y con él, con el director y su equipo, lo hace el espectador. Se acogen Martín-Clavero y los suyos al ámbito sagrado del género de terror y resulta que lo traspasan sin que eso signifique, nunca, que el espectador respire tranquilo.

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Calificación:

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