Crítica de 'El club de los milagros' (2023): En la piscina helada

'El club de los milagros' es un filmillo deliciosamente irlandés, un sí es no divertido y pavisoso. Sin mucho fuste, pero con un puñado de mujeres de casi rompe y casi rasga, un sacerdote que no las tiene todas consigo en esto de los milagros y las apariciones y unos cuantos maridos atribulados cuando sus chicas les dejan para irse a Lourdes, cada una de ellas con sus motivos, su pasado y sus trapos sucios semi olvidados en la mochila del día a día. Por supuesto, podría haber sido setenta veces siete más valiente, más provocadora, más esto y más lo otro. No necesita para nada tres guionistas y tal como está filmada de limpita y hacendosa, tampoco un director. Sus intérpretes la habrían sacado adelante ellas solas, punto.

Pero tampoco pasa nada porque sea lo que es. Ni porque ustedes la vean a gusto, entre divertidos y un algo emocionados. Luce 'vintage' (estamos en los 60) y muy de andar por casa (en pantuflas). Tiene ideas brillantes, pero no se cree capaz de poder desarrollarlas al límite. Rezuma nostalgia de tiempos que quizás ni siquiera fueron mejores y muy probablemente resultaron peores.

Guarda bastante dolor en sus entrañas y poca gloria. No es un desastre. Más bien un plato de sopa. Agridulce y con poca sal. Tibio y suave.