Crítica de 'Al otro barrio' (2024): Pijos y golfos con corazoncito

A ver, solo dos estrellas porque cine quinqui, lo que se dice cine quinqui, no es. Pero puede que ni falta que le haga. Al fin y al cabo ya nos estamos acostumbrando a las comedias con gente, gentuza, gentucilla que al final resulta tener un corazón que no le cabe no ya en el pecho sino en el barrio. Ni en el de los curritos, los camellos, los trileros, la gente más buena que el pan bendito ni en el de esa divorciada que habla en medio inglés-cheli va de taconazos y cochazo y van a darle una lección bien merecida.

Dos estrellas, aunque pensándolo bien, ¡cuánto oficio del bueno, del apañado, de ese que sirve tanto para un roto como para un descosido, tiene la directora, bregada en capítulos y más capítulos de 'Aída' y 'Los Serrano'!

Dos , aunque pensándolo mejor, qué bien funciona el tándem Vanessa Garde-Nerea Alberdi en la banda sonora, trufada también de temas muy de eso de rap de barrio chungo pero lleno de vida(s).

Dos estrellas porque es lo que es. Pero tampoco es tan malo que sea eso que es. Una comedia funcional y efectiva que proclama (sin el postureo y pavoneo de tantos otros filmes que llenamos de estrellas y festejamos) que en este barrio cada una se acuesta con quien quiere y que sí, que entrar por la noche en quince boutiques bien, lo que se dice bien, no está. Claro que depende de para qué. Dos estrellas. La sala, llena, aplaudió.