El arribismo laboral según Billy Wilder

Oskar Belategui

Jueves, 28 de mayo 2020, 01:27

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114 años después del nacimiento de Billy Wilder, 'El apartamento' mantiene intacta su feroz pintura del arribismo laboral. Un cuento de hadas obsceno construido con materiales tan poco cómicos como la humillación, el adulterio y el suicidio. A Wilder se le encendió la lucecita tras ver 'Breve encuentro' de David Lean. Dos adúlteros usan el apartamento de un amigo para sus encuentros amorosos. Al cínico y desencantado discípulo de Lubitsch le interesó el personaje del amigo, «que vuelve a casa y se tumba en el lecho aún caliente que los amantes dejaron». Jack Lemmon convertirá su hogar en el picadero de sus mujeriegos superiores. Asciende mientras ejerce de inocente alcahuete. Hasta que se enamora de la ascensorista, Shirley MacLaine, que también medra a través de la cama.

Wilder se llevó tres Oscar en 1960: guion, dirección y película. Pero a los críticos de la época se les atragantó tanta mala leche. ¿Saben de otra comedia que incluya un lavado de estómago tras un intento de suicidio? Todos los personajes de 'El apartamento' son mezquinos, egoístas. Y sólo Terry Gilliam en 'Brazil' acertó a retratar oficinas tan siniestras. En un mundo jerarquizado, nos dice Wilder, el éxito social únicamente es posible al precio de los más rastreros compromisos. 'El apartamento' posee un guion perfecto y unos actores en estado de gracia. Un ejemplo: Lemmon encuentra un espejito roto en su piso y se lo devuelve a su jefe, sin sospechar quién es su propietaria. Más adelante, MacLaine le muestra la otra mitad y el pánfilo suma dos y dos. Billy Wilder: «Era más elegante que incluir a un tercero que contara la aventura».

Disponible en: Movistar Plus, Filmin y Rakuten TV.