Anton Merikaetxebarria recibe el homenaje de la Academia de Cine

Es la primera vez que la institución que concede los Goya entrega este galardón fuera de Madrid. El Palacio Euskalduna acogió un emocionante homenaje a Merikaetxebarria, que se rodeó de compañeros, familiares y amigos para recoger un premio que lleva el nombre del mítico crítico que guio a muchos espectadores en la televisión en blanco y negro.

Acudieron, entre otros, Rafael Portela, vicepresidente de la Academia de Cine; Bingen Zupiria, consejero de Cultura y Política Lingüística; y Gonzalo Olabarria, concejal de Cultura del Ayuntamiento de Bilbao. José Miguel Santamaría, director de EL CORREO, alabó la labor de Merikaetxebarria, «que nunca ha hecho sangre ni ha sido cruel, porque fue cineasta antes que crítico y sabe el esfuerzo titánico que supone levantar una película». Su influencia, recordó, se constata escuchando las conversaciones en la cola de cualquier cine de Bilbao. «Esa es buena, EL CORREO la pone tres estrellas».

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Un vídeo recuperó los cortometrajes y documentales filmados por el homenajeado en los años 70. Como 'Ikuska 3', que le proporcionó la Concha de Oro del Festival de San Sebastián. Su director de fotografía fue nada menos que Javier Aguirresarobe, quien recordó desde la pantalla su primer trabajo, rodado a bordo de un 2CV descapotable. Imanol Uribe también envió un abrazo a su antiguo compañero en la escuela de cine, al igual que Ramón Barea, que reconoció haberse interesado por el cine gracias a aquellas película de Merikaetxebarria, que unían interés etnográfico y compromiso político.

La directora Arantxa Echevarría, ganadora del Goya a la mejor dirección novel por 'Carmen y Lola', entregó el premio tras alabar «el estilo sencillo, austero, humanista y muy personal» del crítico. «Un director cuando estrena su primera película tiene pavor a dos cosas: la taquilla del primer fin de semana y las críticas. Y a Antón le gustó 'Carmen y Lola'».

Sobrio y concentrado, escueto y con vuelo lírico, como sus reseñas, Anton Merikaetxebarria subió al estrado para recordar a Pío Baroja, que caminaba por los bosques de Illumbe cuando escuchó el graznido de un cuervo. «Ahí va el crítico», observó. Para Merika, como le llamamos compañeros y amigos, el buen crítico «debe facilitar el encuentro entre el director y el espectador». El cine, concluyó, es un arte que aúna pasión, conocimiento y libertad. «La poesía de la vida».