Ángel Sala, director del Festival de Sitges. Jordi alemany

Ángel Sala, director del Festival de Sitges: «Hoy las películas duran un fin de semana»

El responsable del certamen de cine fantástico más popular presenta en el FANT bilbaíno su primera película como productor. «No podemos convertirnos en inquisidores con la cancelación», proclama

Viernes, 6 de mayo 2022, 16:09

Ángel Sala (Barcelona, 1964) lleva más de veinte años al frente del Festival de Sitges, el certamen de cine fantástico más popular de Europa. Sin embargo, al Fant bilbaíno ha venido como productor de 'Virus: 32', una cinta del uruguayo Gustavo Hernández que innova en ... el género de zombis o infectados: siguen corriendo como posesos, pero tras matar a sus víctimas se quedan quietos durante 32 segundos. Cinéfilo impenitente, de los que se ven tres películas al día, Sala se formó como abogado y programa Sitges con absoluta libertad: «A mí las cancelaciones me hacen ponerme con la actitud del dictador de turno, me hacen ser más papista que el Papa. No podemos convertirnos en inquisidores», proclama.

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–¿Cómo acaba el director del Festival de Sitges metido a productor?

–Es una labor de productor digamos artística, mi trabajo consistió en analizar y engarzar el proyecto para llevarlo a buen puerto y que otras personas lo financiaran. Llevo muchos años en la dirección de Sitges y siempre he intercalado algún trabajo de otro tipo. Me gustan otras facetas del cine, siempre que no interfieran con el festival. De hecho, esta película no se va a asomar en Sitges, ya tenemos un festival estupendo en Bilbao para hacerlo.

–¿Se gana mucho dinero con esto del cine?

–No, por eso tenemos que hacer muchas cosas. No se gana ni como director del festival ni en mi faceta de productor. En este país hay una visión un poco errónea de lo que es un productor. Muchos sacrifican mucho dinero para que las películas salgan y luego no consiguen grandes resultados. El productor 'mogul' es muy americano.

Vídeo. Tráiler de 'Virus: 32'.

–Después de estos dos años ya no vamos a mirar igual a los zombis.

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–Un amigo mío sostiene que esto pasará, que un día nos levantaremos y será como en la película de Zack Snyder. Los zombis se han convertido en una figura muy popular, a la gente le da más miedo la posibilidad de ver un infectado que un vampiro o una momia. Los zombis son el icono de terror más repetido de este principio de siglo. Influyeron mucho los atentados del 11-S, el pánico que se vivió con la caída de las Torres Gemelas. Empezaron a surgir películas como 'Amanecer de los muertos', 'Resident Evil', '28 días después', 'The Walking Dead'... El cine de zombis salió del nicho y ahora es el que consume la gente en 'prime time' en sus casas.

–'Contagio', de Steven Soderbergh, se estrenó en Sitges y ha resultado ser una película absolutamente premonitoria.

–No solo en la pandemia, que por suerte en la realidad no ha sido tan apocalíptica. Adelantó todo el fenómeno de las 'fake news' y de la manipulación informativa. Es la película de la pandemia.

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Vídeo. Tráiler de 'Contagio', de Steven Soderbergh.

–El cine fantástico siempre ha sido premonitorio.

–Nos estamos dando cuenta ahora con la ciencia-ficción, están pasando muchas cosas y decimos: «Esto lo vimos en aquella película...». 'Hijos de los hombres' empezaba con un atentado indiscriminado como los que hemos sufrido, seguía con una situación de guerra e inmigración, con una especie de Brexit... Y no hablemos de 'Días extraños' o del metaverso que adelantaba 'Tron', película que homenajearemos este año en Sitges.

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–En su día fueron películas que se miraron por encima del hombro, como suele pasar con el cine de género.

–'Tron' fue un fracaso. Nadie la entendía en 1982, recuerdo haberla visto con cinco personas en la sala. La gente no sabía qué era eso de los bytes y los fallos del sistema. Hoy ese lenguaje los chavales lo entienden perfectamente y han hecho de 'Tron' una película de culto, hasta el punto de que se hizo una secuela.

Ángel Sala entre Joan Lluis Goas e Isaac Torras, productores de 'Virus: 32', en el Fant.

–Asústeme, ¿cuántas películas ve al año?

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–Demasiadas... Veo las del festival, que son muchas, las de actualidad, que llegan por muchos canales –cines, plataformas– y también me hago mis ciclos en casa en Blu-ray. Mi descanso es estar en casa viendo películas. En Semana Santa no salí y me vi tres al día. Y largas. Calculo que veo más de mil y pico al año. Hoy estoy en Bilbao y posiblemente por la noche vea películas en el ordenador, si no, me cuesta dormir.

–Los festivales de cine han sufrido mucho con la pandemia.

–Sí. En Sitges hemos tenido cierta suerte: en 2020 se pudo hacer y en 2021 fue casi normal. Pero hemos sufrido mucho. Los festivales son importantes para canalizar el increíble desparrame audioviosual que vivimos, y ahora son muy difíciles de hacer. Negociar las películas, traerlas... Los interlocutores han cambiado y no todos entienden qué es un festival. Hay gente nueva en las plataformas y no sé hasta qué punto les interesan los festivales. No va a ser fácil. Habrá que convencerles de que canalizamos el producto. Tendremos que cambiar, no podemos hacer los mismos festivales que antes.

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–Festivales virtuales.

–Eso se ha deshinchado, era una solución de urgencia, de pánico. Perpetuar eso es un error. Puede servir para un momento de crisis, pero los festivales son físicos, encuentros con gente y ver las películas en condiciones perfectas. Los festivales tendremos que cambiar el chip de las premieres mundiales y muchas otras cosas.

–En este nuevo orden audiovisual trastocado por las plataformas las salas están sufriendo mucho.

–Yo no soy apocalíptico, pero tampoco optimista. La situación es complicada. Hay un público adulto que ha desaparecido, se nota mucho en la recaudación de ciertas películas. Los jóvenes han vuelto un poco más a las salas, van a ver el Marvel de turno, la de terror. La primera semana, no más. Los cines van a pasarlo todavía un poquito mal, se salvarán por las grandes locotomoras, pero habrá que inventarse algo para atraer más público. Las plataformas me parecen maravillosas, pero hay un caos de programación e interface alucinante. No te enteras de lo que dan, no hay información. Netflix produce a Richard Linklater 'Apolo 10 y 1/2' y luego no la vende. La gente debería aprender a tener la iniciativa para decidir qué ve en las plataformas. Y habrá cambios: no podemos tener 18 plataformas, nadie va a pagar tantas.

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Ángel Sala entrega el premio honorífico a Carlos Saura el año pasado en el Festival de Sitges.

–¿Qué le parece que 'Doctor Strange' llegue este fin de semana a más de 1.200 pantallas españolas?

–Un síntoma de lo que estamos hablando. A lo mejor recauda 5, 6 o 7 millones. Y la segunda película, 300.000. Hay un 'gap' brutal, solo se va a ver una película. Eso me parece muy peligroso, la gente se puede cansar de este tipo de producto. Yo soy muy fan pero tengo un poco de fatiga. A lo mejor estamos matando la gallina de los huevos de oro con tanta sobreexposición.

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–El éxito de 'Alcarràs' ha servido de alivio, parece que todavía queda público para el cine de autor.

–Pero fíjate que estamos contentos con una recaudación de 400.000 euros, hace seis años hubiera llegado al millón el primer fin de semana. Porque las películas ahora duran un fin de semana, ya no vale el boca oreja. Hay un problema de inmediatez, todo hay que verlo enseguida para poner el tuit. La segunda semana no interesa.

«Las plataformas me parecen maravillosas, pero hay un caos de programación e interface alucinante. No te enteras de lo que dan, no hay información»

plataformas

«Mi descanso es estar en casa viendo películas. En Semana Santa no salí y me vi tres al día»

cinéfilo

–Adelánteme un contenido de Sitges.

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–'Tron' dará pie a a hablar de realidades virtuales, de cómo la tecnología ha influido en el cine fantástico.

–Programan con libertad.

– Sí. Estos días el festival D'A de Barcelona proyecta 'La fiebre de Petrov', una película rusa aterradora que muestra la pesadilla del país de Putin. Se cumplen 50 años de 'Solaris' de Tarkovski y en Sitges no vamos a cancelarle, porque sufrió la censura soviética. Pese a la guerra en Ucrania provocada por este megalómano, hay una cultura rusa muy valiosa que es de todos. A mí las cancelaciones me hacen ponerme con la actitud del dictador de turno, me hacen ser más papista que el Papa. No podemos convertirnos en inquisidores.

–¿Qué películas le han volado la cabeza este año?

–'La fiebre de Petrov', 'La isla de Bergman', de Mia Hansen-Love... Mis padres me metieron en la cabeza a Bergman, todas las navidades veo 'Fanny y Alexander', me hace llorar. Y el 'Batman' de Matt Reeves me sorprendió. Aunque tengo que decir que me preocupa un poco el estado del cine a nivel de calidad, no estoy viendo grandes películas. Ah, este fin de semana se estrena 'Red Rocket', que es extraordinaria. Y la cinta de terror más alucinante que se verá este año: 'Hatching', de una directora finlandesa, Hanna Bergholm.

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