Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
Antes de comenzar la gala Pedro Sánchez pidió el «compromiso de todos» para «acabar con la violencia estructural que nos abochorna a todos, especialmente a los hombres». En el arranque la presentadora, Ana Belén, condenó «todos los abusos y la violencia sexual», pidió «revisar de ... manera profunda las estructuras que lo permiten», y avisó: «Aquí, en el cine, también se acabó». Y Javier Ambrossi proclamó que «las víctimas de violencia sexual no están solas».
Nadie se espera que la gala de los Goya sea solo una entrega de premios, y esta edición tampoco. Lo mismo que la de hace veinte años fue la del 'No a la guerra', la de 2024 quiso ser la del #Seacabó, la del clamor contra la violencia sexual en el mundo de la cultura. Orbitando alrededor de este núcleo reivindicativo también los ganaderos y agricultores aprovecharon para hacer visibles sus demandas en las inmediaciones de la Feria de Valladolid. Y el vicepresidente de la Junta, Juan García-Gallardo, primer miembro de Vox que asiste a los Goya, muy consciente de la reacción que generaría, había inflamado un día antes aún más la atmósfera contraponiendo las protestas del mundo rural con las de «los señoritos que quieren vivir de producir obras cinematográficas que luego no ve nadie a costa de millones de euros que pagan con mucho esfuerzo los contribuyentes españoles». A esto le respondió Pedro Almodóvar antes de entregar el Goya a la mejor película: «A este político que está aquí presente le digo lo obvio: el dinero que recibimos como anticipo los cineastas lo devolvemos con creces al Estado a través de impuestos, Seguridad Social y la creación de miles de puestos de trabajo».
Sin embargo, la soflama de ese político ya había surtido cierto efecto y junto a la alfombra roja reducidos grupos de personas habían recibido con gritos de «fuera parásitos» a las gentes del cine. Algunas de ellas, como la presentadora, Ana Belén y la directora alavesa Estíbaliz Urresola pidieron el cese de la masacre en Gaza con chapas y pegatinas. Alba Flores reclamó «paz para Palestina, por favor».
Noticia relacionada
Ya se ve que el pulso reivindicativo cursa transversal y a ratos manifiestamente oportunista. Pero sobre todos los asuntos destaca la condena a las agresiones machistas, manifestada en declaraciones de asistentes, discursos de premiados y en el paipái que repartió la Asociación de Mujeres Cineastas y de Medios Audiovisuales con el lema, precisamente, #Seacabó. El objetivo del complemento, con menos presencia de la esperada, era «concienciar a todos los profesionales del cine de las situaciones de abuso de poder y violencia sexual que sufren las víctimas». Como telón de fondo, las acusaciones de tres mujeres al director Carlos Vermut y las sospechas de que, igual que en tantos otros ámbitos profesionales y sociales, habrá más casos bajo un tupido manto de silencio, miedo y vergüenza. Es la versión española del 'Me too' norteamericano surgido en 2017 a raíz de las acusaciones de abuso sexual contra el productor de cine Harvey Weinstein.
Eso sí, desde el mismo mundo del cine también se han planteado matices en el modo de abordar el asunto. José Coronado, hace unos dias, pidió a las víctimas que denuncien. Y antes de la gala de los Goya, José Sacristán lamentó lo que está ocurriendo con Vermut, dijo que «si realmente eso ha ocurrido, que reciba lógicamente la reprimenda o el castigo que merezca», pero «me parece un error sacrificar el trabajo de quien ha cometido un error» en relación a la supresión de Magical Girl del archivo de RTVE Play. «Todas las películas forman parte del patrimonio cultural de este país», dijo luego, durante la gala.
Al margen de casos particulares, la organización de la gala se esforzó por que el #Seacabó mantuviese el pulso durante la noche y tras intrerpretarse el tema de María Jiménez con ese título, la vicepresidenta de la Academia del Cine, Susi Sánchez, mostró su «solidaridad con las víctimas y condenamos los abusos». Ensalzó «los grandes personajes femeninos» que son inspiradores y lanzó: «Se acabó el abuso de poder y la violencia contra las mujeres». Poco antes, Sigourney Weaver, tras recoger el Goya Internacional, admitió que se había encontrado «con algunos monstruos» pero reivindicó «lo poderosas que somos las mujeres».
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
A la venta los vuelos de Santander a Ibiza, que aumentan este verano
El Diario Montañés
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.